Pero, pero, pero...¡oyoyoyoyyyy!, ¡calumnias, calumnias!.
Pues yo me indigno de que te indignes de que me indigne el sabor de un chumbo rojo (en concreto los de las fotos de la prueba A, señorías, que conste en acta para la defensa, que son tan malos que no hay nadie que se los coma).
Y ahora me enfado y no respiro. Ea.
¡Ay, que lloro!
(maldito polen que se te mete en los ojos...)
Tan sólo quería añadir que no era consciente del daño emocional que le pudiera estar causando a las chumberas. Pero oyes, que a las amanitas nadie las quiere en sus ensaladas, ¡basta ya de discriminar!