Sí, esos artefactos del "progreso" que violan flagrantemente la ley con sus 100 decibelios. Al inventor y a los políticos que miran para otro lado y no hacen cumplir las leyes antiruído, les deseo lo peor.
"Cuando Fritz y Rita llegaron a Denia eran las siete de la tarde. Reinaba una tranquilidad absoluta y el fresco olor a pino les confirmaba que habían acertado alquilando aquel apartamento. Se acostaron poco después de cenar rendidos del largo viaje en coche desde Alemania. Serían las ocho y diez de la mañana cuando les despertó el estruendoso ruido de un motor a escape libre. El motor aceleraba y desaceleraba como en los circuitos. Fritz se levantó para ver de qué vehículo se trataba, y descubrió a un hombre moreno que portaba en su mano una máquina con la que soplaba las hojas del jardín tratando de amontonarlas mientras el polvo se elevaba y dispersaba en todas direcciones".