5. ¿Cuáles son las diferencias que justifican la separación conceptual entre: Ética Animal, veganismo, activismo en defensa de los Derechos Animales, antiespecismo y animalismo?
Como ya hemos visto, la Ética Animal es el estudio de cómo debemos actuar en la medida en que ello afecta a los animales no humanos. En un sentido amplio, dentro de quienes trabajan en este campo son posibles, por tanto, posiciones muy distintas, tanto favorables como desfavorables hacia los animales no humanos. En un sentido más concreto se llama Ética Animal a la defensa de la consideración moral de los animales.
El veganismo es una posición consistente en renunciar a actuar de forma que necesariamente ocasione daños a los animales no humanos (hay quien lo define hablando de los animales en general, lo que incluye a los seres humanos).
El activismo por los derechos animales es, siguiendo lo que el nombre dice, el dirigido a conseguir que a los animales no humanos les sean reconocidos derechos. Actualmente, la ley distingue entre: por una parte, las cosas y, por otra, las personas. Solo las personas disfrutan legalmente de derechos. Pero las personas, es importante tener esto en cuenta, no son los seres humanos. Las empresas, por ejemplo, o los organismos públicos son también personas legalmente. Pues bien, al reivindicar derechos para los animales, lo que se reivindica es que éstos sean reconocidos como personas legales con derechos. Cuando alguien posee derechos, ello implica que sus intereses se ven protegidos, de forma que ya no puede ser tratado como un esclavo propiedad de otros. Asimismo, quienes tienen derechos tienen también el derecho a ser asistidos en situaciones en las que es posible hacerlo y sufrirán daños notables si no reciben ayuda.
Por ello, el activismo por los derechos animales busca el fin del uso de animales como recursos a nuestra disposición. Pero de la idea de los derechos, también se sigue la lucha por que éstos sean ayudados cuando lo necesiten, incluso aunque los daños que sufren no los hayamos causado nosotros mismos. Por ello, la lucha por los derechos animales implica la defensa del veganismo, pero no solo eso, sino que va más allá. También defiende que actuemos a favor de los animales.
El antiespecismo va más allá que los derechos animales. Exactamente del mismo modo en el que el antirracismo va más allá de la abolición de la esclavitud racista o de los derechos civiles. El antiespecismo se opone a toda discriminación. Se opone, por tanto, a que demos más importancia a los intereses de los seres humanos que a los de los demás animales, incluso aunque esto se haga sin explotar a estos últimos.
Así, por ejemplo, alguien que sea vegano o vegana, pero ayude a los seres humanos y no a los animales de otras especies, estará siendo especista. El antiespecismo va por lo tanto más allá de la adopción del veganismo, y también de la defensa de los derechos animales. Es la posición más coherente y la que los animales necesitan que defendamos.
Por último, el término ‘animalismo’ es muy amplio y puede nombrar cosas distintas, por lo que hay que prestar atención a su uso. Por una parte, por ‘animalismo’ a día de hoy se entiende, a veces, una posición a favor de dar a los animales un respeto mayor del que hoy en día reciben. Pero claro, esto, aunque es compatible con una oposición de la discriminación y la explotación de los animales, también es compatible con una aceptación de éstas, pero en condiciones menos dañinas para sus víctimas. O con una oposición a ciertas formas de explotación animal pero no a otras. Por ejemplo, hay gente que defiende que se mate a los animales para su explotación pero se opone, por ejemplo, a que se cause mucho dolor a los animales cuando se los mata. Y gente que defiende los mataderos, pero se opone a las corridas de toros. En este sentido tan amplio puede suceder, incluso, que haya gente que trabaje en el mundo de la explotación animal y que aun así se aplique a sí misma la etiqueta de animalista.
Ante esto, hay otro sentido de ‘animalismo’ más concreto. Éste consiste en identificarlo con la defensa de aquello que va en los intereses de los animales. En este sentido, el animalismo lo que viene a suponer es la defensa de posiciones pro derechos animales o, más en rigor, antiespecistas.
6. En el ámbito de las ciencias naturales un modelo científico debe ser coherente para ser válido. ¿Crees que en el ámbito de la ética la coherencia es fundamental para su validez? En otras palabras, ¿ser coherente con una ética animalista implica el veganismo?
La coherencia es necesaria en todo ámbito. Incluso si hablásemos, por ejemplo de algo tan peculiar y personal como el gusto también la coherencia sería necesaria. Yo puedo decir que me gusta el chocolate o decir que no me gusta, pero no tiene sentido que diga que me gustan todos los derivados del cacao y no me gusta el chocolate, porque eso es una contradicción.
En el caso de la ética sucede lo mismo. Ha de tenerse coherencia entre las distintas posiciones que se toman. Y, por otra parte, si alguien dice algo pero hace otra cosa, podemos decir que la posición moral que adopta no se define por lo primero, sino por lo último, por lo que hace.
Como se comenta en la pregunta anterior, el término “animalista” puede entenderse de manera muy amplia para nombrar cualquier clase de posición que dé a los animales no humanos una consideración mayor que la que se les da a día de hoy. En ese sentido tan general se puede pensar que el animalismo no implica el veganismo, pero ello es así porque supone una posición muy vaga e insustancial, que no viene a decir casi nada. Pero si por “animalismo” entendemos una consideración en serio de los animales, como defiende el antiespecismo, entonces resultará claro que el animalismo implicará por fuerza el veganismo.
7. La consideración hacia los animales no es una postura reciente en la historia y ha convivido con visiones radicalmente opuestas, como el mecanicismo cartesiano. A día de hoy las ciencias naturales dejan poco espacio a la duda en el sentido de que la diferencia entre humanos y no humanos dista de ser esencial. ¿Cuáles son los principales obstáculos para aceptar una realidad que se muestra evidente: la lógica de otorgar derechos a los animales, cuanto menos como sujetos pacientes?
En realidad, las semejanzas biológicas entre animales no humanos y humanos no son en sí lo importante. Lo verdaderamente relevante no es que compartamos con otros animales una gran parte de nuestro material genético, o que descendamos de un tronco evolutivo común, o que tengamos organismos semejantes. Lo relevante es que somos sintientes, esto es, que tenemos experiencias positivas y negativas.
En cuanto a los obstáculos para respetar a los animales no humanos, el primero consiste por supuesto en el desconocimiento. La mayoría de la gente jamás ha oído hablar de los argumentos para respetar a los animales no humanos y rechazar el especismo. Siendo así es normal que no se planteen hacerlo.
En este sentido, un obstáculo muy importante que tenemos hoy en día es que mucha gente confunde nuestro movimiento con otro muy diferente del nuestro, el ecologismo. Esto hace que crean que nuestras ideas son las de este otro movimiento, cuando no es así. Mientras que nuestro movimiento defiende que respetemos a los animales como individuos sintientes, el ecologismo se ocupa de que se conserven las especies y los ecosistemas. De hecho, cuando hay contradicciones entre ambos objetivos, desde el ecologismo se defiende que se elimine a los animales para conseguir tal fin. (Un ejemplo claro de esto lo tenemos en el caso de las matanzas de animales foráneos o que amenazan la pureza de ciertas especies; como los mapaches, lobos híbridos, patos rufos, cotorras, perros asilvestrados, etc.; que hoy en día son cazados y matados por motivos ecologistas a lo largo del Estado español, medida contra la cual han luchado el Partido Animalista PACMA y otras organizaciones defensoras de los animales. Otro ejemplo, lo vemos en la defensa de la caza tradicional y la pesca que han hecho organizaciones ecologistas como Greenpeace o Equo, la defensa de la experimentación con animales que ha hecho Adena-WWF, etc. Otro, en la oposición ecologista a que ayudemos a animales que lo necesitan porque ‘no es natural’, como cuando se rescata a animales de especies ‘sin valor ecológico’ como palomas o cérvidos, se les dan vacunas contra enfermedades, se les da de comer, etc.
Así, mientras la gente siga confundiendo a la defensa de los animales con este otro movimiento, que de hecho a menudo defiende justo aquello a lo que nosotros nos oponemos, como es la matanza de animales, nuestro mensaje no será entendido. De hecho, será como si no existiese, permanecerá invisible. Y los animales seguirán siendo vistos como una mera parte del entorno, y no como lo que son, individuos que sufren y disfrutan, como tú y como yo. Más aun, se puede dar el caso de que la gente crea que apoya la defensa de los animales cuando dona dinero a organizaciones ecologistas.