Iniciado por
Sole
La vida de los esquimales es tan dura como sana, con una moral hermosa: vivir de los animales y volver a ellos. Cuando un esquimal considera que ha cumplido su ciclo de vida, no se desgarra las vestiduras llorando; sale a la llanura helada y se sienta a esperar al oso. Tranquilo, en paz con el universo que lo rodea, conforme de servir de alimento al animal que ayer lo alimentó. ¿Dónde quedan nuestros cementerios, en qué esquina del absurdo y del egoísmo quedan nuestros panteones? Vivimos haciendo daño y comiendo cuanto animal podemos aprehender, y a la hora de morir, cuando todo da igual, le escamoteamos un cuerpo que mitigaría su hambre guardándolo como un tesoro inservible en un mausoleo de cemento.
¿Podrían explicar en qué fecha y circunstancias la naturaleza dio la gran noticia de que los humanos valían más que los animales?.