es antiguo pero lo he visto hoy y no recuerdo si se ha puesto ya...
Más de una cuarta parte de los pollos de granja de engorde están cojos
MADRID.- Un estudio científico realizado en 171 criaderos del Reino Unido demuestra la existencia de numerosas camadas de pollos cojos o paralíticos por el ritmo de crecimiento extremo inducido a estos animales.
Los datos cantan: más de la cuarta parte de los pollos parrilleros (un 27,6%, para ser precisos) padece dificultades para caminar, y un 3,3% directamente no puede mantenerse sobre sus patas. Así lo afirma el trabajo realizado por la Universidad de Bristol, cuyos autores estudiaron la movilidad de nada menos que 51.000 pollos distribuidos en 171 criaderos del Reino Unido. ¡Ahí es nada! Los científicos señalan que sus cifras pueden subestimar la dimensión real del fenómeno, puesto que las inspecciones se llevaron a cabo después de la eliminación de animales defectuosos que realizan rutinariamente los criadores.
El estudio llega poco después que la ONG Compassion in World Farming conmocionara a la opinión pública británica con un vídeo rodado en el interior de una granja, mostrando animales incapaces de andar y cadáveres diseminados por el suelo.
Para los investigadores, la culpa de esa "epidemia" la tienen las tasas de crecimiento acelerado instigadas por la lógica económica. La rentabilidad de las mega-granjas exige que los pollitos alcancen el estadio adulto a los 40 días de romper el cascarón. Gracias a este régimen productivo, el kilo de pollo nunca ha estado tan barato.
"En los últimos 50 años, el ritmo de crecimiento ha aumentado un 300%, pasando de crecer a razón de 25 gramos diarios a hacerlo a 100 grs/día", apunta Toby Knowles. Con semejante "estirón", sus huesos no tienen tiempo de fortalecerse.
"En el mundo se crían al año unos 20.000 millones de pollos con métodos similares, subordinados a las exigencias de la producción y en detrimento del bienestar de las aves", apunta Knowles, quien quiere llamar la atención de los consumidores sobre el maltrato que hay detrás de cada pechuga asada. "La industria avícola tendrá que trabajar con la comunidad científica para desarrollar genotipos más robustos y sanos, y asegurar que se implementen prácticas de gestión y crianza óptimas", concluye.
Etiquetado especial
Esta investigación fue financiado por el Ministerio de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales del Reino Unido, en el marco de una creciente preocupación por el trato a los animales de granja. Los habitantes de las Islas Británicas se cuentan entre los más ardientes defensores de los derechos de los animales; no en vano se fundaron allí The Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals (RSPCA) (la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad con los Animales), establecida en 1824, y las ligas contra la vivisección.
Ellos no son los únicos preocupados. En mayo de 2007, la UE aprobó nuevas regulaciones de las granjas avícolas, que obligan a limitar su hacinamiento, imponen inspecciones veterinarias e introducen un etiquetado especificando las condiciones de crianza de cada pollo vendido al público. La directiva se aplicará en 2010, entre las dudas de algunos veterinarios acerca de su impacto real en el bienestar de las aves.
Entretanto, al consumidor consternado por las revelaciones, y que no quiera volverse vegetariano, podrá buscar una alternativa en la avicultura orgánica o en la cooperativa Coren, la primera de España en obtener el marchamo "Fredom Food", otorgado por la RSPCA a quienes observen unos requisitos mínimos en materia de bienestar animal (85 días de crianza, por ejemplo). Eso sí, rascándose un poco más el bolsillo.
Video del interior de una granja de pollos en el Reino Unido
http://www.soitu.es/soitu/2008/02/05...44_423094.html