La planta del Cáñamo y sus semillas pueden usarse para fabricar productos como harina (puede ser consumida por celíacos ya que no contiene gluten), fibra, papel, plástico y aceite tanto comestible como combustible. Es más sostenible que plantas como el algodón o la soja, y puede ayudar a reducir la emisión de gases que producen el efecto invernadero, porque almacena naturalmente grandes cantidades de CO2 durante su crecimiento.
En comparación con el lino y la soja, el cáñamo es mucho más compatible biológicamente con el cuerpo humano. Algunas personas tienen problemas para digerir productos de soja y la semilla de lino puede producir gas cianuro por la presencia de diglicósidos cianogénicos, además de resultar muy pesado para ciertas personas.
El cáñamo no es de ninguna manera una alimentación completa por si sólo. No hay alimento que lo sea, pero como parte de un estilo de vida sano, con una dieta alta en verduras y frutas, es sin duda una pieza que podría ser considerada fundamental en una dieta vegetariana.
La semilla de la planta del cáñamo es pequeña, suave y aceitosa, está recubierta por una capa transparente interior y una cáscara dura exterior. Esta cáscara se puede eliminar para llegar al nutricional corazón de la semilla del cáñamo. Éste es la parte que más se usa y es un ingrediente versátil en diversas recetas. La semilla de cáñamo se conserva mejor en el refrigerador.
Ácidos grasos
El aceite de la semilla de cáñamo es la manera preferida de tomar una dosis nutricional de Omegas 3, 6, 9 y GLA. Además contiene SDA (ácido estearidónico), que es un precursor de EPA y DHA, con una tasa de conversión superior al ácido linolénico (ALA).
El aceite de cáñamo es mejor sin refinar, ya que procesándolo se disminuye el valor nutricional por desnaturalizar los ácidos grasos esenciales.
El aceite de cáñamo contiene mayormente la fórmula gama de la vitamina E, un antioxidante natural que mantiene el aceite fresco.
Proteínas
La semilla de cáñamo contiene más del 22% en proteínas completas que son altamente digestivas gracias a su forma de globulina, como edestina y albúmina.
La edestina, que representa cerca de las 2/3 partes de las proteínas de la semilla, pertenece a la familia de las globulinas, unas proteínas globulares; ligeramente solubles en agua; solubles en soluciones neutras diluidas que precipitan por sulfato amónico diluido y coagulan por el calor (se puede hacer tofu de cáñamo). Las globulinas se encuentran en plantas y tejidos animales: sangre (globulinas séricas); músculo (miosina); patata (tuberina); nueces del Brasil (excelsina); lentejas (legumina) y el cáñamo (edestina).
La edestina es un tipo superior de proteína vegetal parecida a la proteína humana y perfectamente adecuada para las necesidades de las células en el cuerpo humano. El cáñamo contiene la mayor concentración de globulina del mundo vegetal. Es importante saber que si se calienta durante unos minutos a más de 115 ºC, la proteína puede perder sus cualidades naturales y volverse insoluble y menos digestiva.
La semilla de cáñamo contiene buenas cantidades de arginina y histidina; ambas importantes durante el crecimiento infantil. La proteína del cáñamo también contiene aminoácidos azufrados como metionina y cisteína (menos frecuentes en el reino vegetal que en el animal).
La semilla de cáñamo contiene todos los aminoácidos esenciales (en niveles superiores a los encontrados en la proteína de soja o en la semilla de lino) y otros aminoácidos necesarios para el crecimiento infantil.
Vitaminas y minerales
El cáñamo, como casi todas las semillas, es una fuente muy importante de vitaminas y minerales.
Vemos como 100 gramos de semillas de cáñamo aporta el 50% de la CDR de cinc, el 100% de la CDR de hierro, y casi un 20% de la CDR de calcio. Además de un 400% de la CDR de vitamina E (difícil de encontrar para algunos vegetarianos).
Hemos visto cómo el cáñamo es sin duda, una semilla a tener en cuenta.