Si los científicos tuvieran que hacer dobles ciegos de todos los productos milagrosos que se le ocurre a la gente, no harían otra cosa. Además, si esos dobles ciegos demostrasen que esos productos no sirven para nada, o incluso son nocivos, dirían que la comunidad científica está pagada por las farmacéuticas y la gente se los seguiría tomando.