Pues es interesante esto que planteas.
Parte de mi amor a los animales viene porque mi abuelo me llevaba tooooodos los fines de semana al zoo. Y lo que al principio eran visitas de finde, se convirtieron en devoción por todo lo que se refiera al mundo animal.
Por tanto, si surge llevar a mi hijo/a al zoo, por ejemplo, quiero que sea CONMIGO. Yo le explicaré que ese animalito tan lindo que tiene delante, está enjaulado, se le ha privado de su libertad, y no es feliz.
Si mi abuelo me hubiera dicho eso alguna vez, seguro que habría abierto los ojos muchiiisimo antes.
¿No creeis?