La táctica policial según David Piqué, Comisario Jefe de Mossos d'Esquadra: provocación Destacado
por
Pablo Heraklio Viernes, 25 de Mayo de 2012
De primera mano el trabajo de final de Master de 2009 en Políticas Públicas de Seguridad de la UOC presentado por el Coordinador Regional de la Policía de Cataluña, David Piqué i Batallé, donde especifica cómo conseguir acabar con los movimientos antisistema...
Más o menos lo que se ha venido haciendo. Aquí un extracto del despropósito:
(Para ver el documento completo traducido al castellano: http://www.slideshare.net/tarcoteca/...-pique-da-asco)<<Título:
"El fenómeno okupa/ antisistema circunscrito al distrito de Gràcia (Barcelona), como factor de riesgo para la convivencia y potencial foco de percepción de inseguridad. Políticas públicas de seguridad aplicables para evitar que se convierta en un problema de orden público o de delincuencia y consecuentemente de solución únicamente policial".
Subtítulo:
"El Síndrome de Sherwood"
Táctica policial [sobre cómo usar la provocación].
Si volvemos al mundo de la táctica policial -o también estrategia política-, por desgracia nos encontramos ejemplos de la aplicación de esta doctrina, algunos de ellos recientes. En este caso no hay estudio del terreno, no importa, que lo escoja el enemigo. Tampoco hay acciones previas para disminuir la capacidad de hacer daño o provocar daños del rival, cuanto más fuertes se vean, más valientes se sentirán y más enfrentamientos habrá, que es lo que se busca. Si no hay enfrentamiento no hay heridos ni detenidos.
En esta situación la policía concentra muchas fuerzas en pocos lugares y fuera de la vista de quienes posteriormente serán atacados.
Incluso si la concentración o manifestación, que es lo que estamos hablando, no se prevé bastante violenta, se puede llegar a provocar un poco, con detenciones poco justificadas y nada pacíficas unos días antes para calentar el ambiente. También se pueden hacer "redadas" preventivas a los lugares donde se encuentran habitualmente personas cercanas a la ideología de los convocantes con la excusa de buscar drogas o lo que sea necesario. La "redada" estará especialmente mal hecha y con trato humillante para encender más los ánimos, si es necesario .
La consecuencia previsible de estos comportamientos previos y el diseño del dispositivo policial, es que acabará con una "batalla campal".
Además de la estrategia previa, en cuanto algún grupo descontrolado empieza las acciones violentas, las unidades de policía ni se mueven y cuando la violencia empieza a ser generalizada, la actuación policial se retrasa deliberadamente hasta que los daños producidos son socialmente inaceptables. Es entonces cuando se producen las cargas policiales que en ningún momento quieren ser disuasoria, no se disimula.
Se va directamente contra los manifestantes, que ya son considerados vándalos, y se les ataca con suficiente velocidad para que no dé tiempo a la fuga y se provoque el enfrentamiento físico. En este estadio, los manifestantes atacan a la policía con todo lo que tienen y que les ha dejado tener, realmente se están defendiendo, pero no lo parece. Han sido acorralados. La violencia entre agentes y manifestantes se desata, se personaliza y se descontrola. Es lo que se quiere. Comienzan a aparecer víctimas inocentes - daños colaterales se dice ahora-Los que han rehuido el enfrentamiento, se encuentran con el resto de unidades policiales que los cierran el paso y que no hacen detenidos - prisioneros -, la dispersión no es voluntaria , es a golpe de defensa (porra) y cualquier atisbo de resistencia es contestada con contundencia exagerada y detenciones masivas.
En las batallas de la antigüedad, era cuando se envía a la caballería a perseguir a los que huían mientras la infantería extermina a los que se han rendido en el campo de batalla.
Lamentablemente, esta táctica no es exclusiva de regímenes totalitarios, también se da con demasiada frecuencia en muchas democracias occidentales. Quizás puede ser debido a dos factores: Una estrategia política que no considera otra opción que no sea la visión del problema como un conflicto de orden público y el otro, en la que se encarga el control de la calle y los manifestantes / activistas a unidades policiales poco disciplinadas, vengativas y provocadoras [...]. ...parece que la unificación o coalición formal de todos los grupos antisistema, es una situación que hay que evitar si queremos evitar el problema que describe en el título de este trabajo. En este caso, no es debido al número total de miembros de estos colectivos, sino a que, unidos su capacidad de presión social y de influencia política afectaría realmente al "sistema" contra lo que luchan y lo harían transgrediendo el modelo democrático que el resto de la sociedad ha impuesto[...].