Por favor, no digas tonterías. Por la gente como tú, la gente que todavía come carne con razón no se cree en todo lo que dicen los veganos y con razón les considera una secta loca. Pectina no se produce en el estómago, sino se encuetra en células vegetales. Es lo que se utiliza normalmente para hacer gelatina.
Los jugos gástricos contienen 3% de ácido clorhídrico lo que ayuda desacer proteínas como carnes y legumbres. Cuando dejas de comer carne, el estomago sigue produciendo el ácido clorhídrico siempre y cuando es necesario, ya que deshace también otro tipo de proteína y no solo la de carne (como legumbres, por ejemplo).
Lo peor que puedes hacer para la causa vegana es decir tonterias que no son verdad y que se pueden facilmente comprobar y a ti pillar en la mentira. Basta con buscar un poco en Internet y ver que lo que dices es una simple tontería. Eso es en primer lugar, muy irresponsable, y en otro lugar, hace mucho más dificil que llegue el mensaje de veganismo a otra gente que todavía tiene dudas sobre si seguir consumiendo carne o no, y además, hace que parezcamos como unos locos mentirosos en los ojos de los demás que tienen que inventar las razones por lo que hacen o dejan hacer.
Es curioso cómo el cerebro puede manipular las papilas gustativas... Yo nunca he sido muy fan de la carne o el pescado, pero el pollo y el atún en lata me encantaban. Ensaladas de pollo, bocadillos de atún... Hasta que lo que había leído de Igualdad Animal y otras asociaciones por el estilo empezó a abrirse hueco dentro de mí haciendo que me cuestionara lo que comía. Entonces noté que cada vez me daba más asco comer carne y que me sentaba realmente mal. Fue exactamente igual con la leche, pero lo que más me llamó la atención fue que dejara de gustarme el queso. Pensaba que sería incapaz de dejar de comerlo, pero ahora ni siquiera la idea me atrae. Aparte, creo que he desarrollado intolerancia a la lactosa (como mucha gente) y supongo que eso ayuda, pero al contrario que otros intolerantes, no lo echo de menos para nada.
Por eso cuando la gente me dice "no puedo dejar la carne, me gusta demasiado" siempre pienso que vale, costar costará, pero no es imposible. Parece que estén atrapados por su propio placer gastronómico.
Yo creo que si el cuerpo rechaza un alimento es por algo (a menos que haya algún problema médico, claro). Deberíamos confiar más en ese instinto que tenemos aletargado.