Es curioso. A mi algo así me pasó cuando se me murió mi perro cuando era muy pequeña. Oía el ruido de sus pasos por el pasillo por la noche desde el día siguiente al que murió hasta unos pocos días después. Lo atribuyo a que era un sonido que estaba acostumbrada a percibir y al faltar mi cerebro de vez en cuando rellenaba su ausencia. Como cuando escuchas durante mucho tiempo música a bajo volumen y después de terminar crees escuchar que sigue habiendo una canción muy muy bajita pero están al principio y esperas que remonten. Entonces te das cuenta de que no hay música. O cuando he tenido gorriones que se subían a mi hombro y se iban ya de casa, que de la pura costumbre sentía su pequeño peso en el hombro, pero es sólo una ilusión. No sé por qué ni cómo ocurre eso pero me parece que todo son ilusiones creadas por la costumbre, que desaparecen al tiempo.