Yo de negativa tengo poco, la verdad y no he dicho que odie a nadie. Siempre he sentido el dolor ajeno como propio y he sido empática desde pequeña, seguramente por el ejemplo que vi en mis padres durante mi infancia y adolescencia. Es inevitable para mí imaginar a esos animales sufriendo y revivir las imágenes que he visto en vídeos cuando voy a comprar.