Los destrozos de muebles, ladridos y gimoteos son algunas de las muestras de la ansiedad por separación en los canes



Los perros son muy inteligentes y se dedican a observar la actitud de su dueño

Educar a un perro no es fácil sobre todo siendo cachorros ya que los primeros meses son los más duros. El factor fundamental es armarse de paciencia, sobre todo cuando uno llega de trabajar y nada más abrir la puerta se encuentra el relleno del sofá a trozos repartido por medio salón, muebles mordidos, zapatos que se convierten en el nuevo juguete de su querida mascota, el cargador del móvil desaparece, etc. A pesar de todo ello, el perro de turno estará al lado de esa estampa mirándole con cara de "yo no he sido", al estilo del can de la película 'Up!': "Te acabo de conocer y te quiero". Informa Ideal

Esto es lo que los veterinarios denominan el síndrome de apego al dueño o ansiedad por separación. Resulta más frecuente que se produzca en perros que han sido abandonados, según afirma María Luisa López, veterinaria en la Clínica Miguel Cabello de Albolote (Granada). Cuando por ejemplo el dueño se marcha para trabajar, es decir, por varias horas seguidas, durante ese período el perro puede sentir que le están volviendo a abandonar, por eso cuando regresa al hogar la bienvenida que le hace a su querido amigo humano es bastante exagerada, síntoma de dicha ansiedad.

Jugar a enseñarles

Corregirlaes más fácil en los cachorros que en los perros adultos. Ante esta angustia que le produce la separación "cuando se tengan ratos libres, aunque sea un poco trabajoso, debemos jugar a engañarles", dice María. Una de las maneras es "hacer tus cuatro cosas de siempre, varias veces seguidas, cuando te vas a marchar: acicalarte, preparar el bolso, la mochila,... y luego vuelves a lo que estabas, sin necesidad de salir".

Son muy inteligentes y se dedican a observa, saben de sobra cuando el dueño se va sin él. Y ahí comienzan los pequeños llantos, ladridos, traen juguetes para tirárselos, se revuelcan en sus camas o en el sofá... Todo para mostrar el "¡No te vayas, no me dejes solo!". Con esa práctica el perro deja de relacionar ese ritual con que la persona se va durante varias horas dejándolo solo. Otro truco: "salir a la calle durante cinco minutos, vuelves; salir diez minutos, vuelves; salir quince, otra vez vuelves". Así sucesivamente, incluso regresar de forma inmediata. También te sirve “para hacer deporte", afirma riéndose la veterinaria.

Uno de los más importantes consejos a seguir: que tanto cuando se vayan de casa y cuando vuelvan no le hagan ningún caso al perro. Lo normal antes de salir por la puerta es despedirse de la mascota con caricias, dándole alguna chuche,... Y al regresar a casa prácticamente se da la misma situación, con el añadido de que el animal está demasiado excitado por la llegada de su dueño, "se trata de una llamada de atención, igual que los niños pequeños". Más información en Ideal.es

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