Puf, depende de la orografía, de tantos factores... Calcula que un tercio de lo que tardarías andando. Yo le echaría una hora y media, como bien dices, yendo despacito y haciendo paradas.
Hola por aquí...
Pues es que me quería hacer una excursión de unos 20 km ida, y otros tanto vuelta. Pero no me arreglo para calcular mentalmente ni la distancia ni lo que tardaria en hacerlo.
Más de dos horas? Es que si son más de dos horas prefiero no hacerlo. Pero una hora y media o dos horas a velocidad de paseo podría hacerlo sin mayor problema.
Estuve yendo a clase en bici a una escuela que estaba a 6 km, hago el cálculo mental de esa distancia tres veces y creo que una hora y media podría hacerlo.
Pero pasa que 20 km, dicho así, me suena a una distancia muy larga. Y con este calor...
Sabéis más o menos lo que se podría tardar yendo despacito?
Graaacias.
Puf, depende de la orografía, de tantos factores... Calcula que un tercio de lo que tardarías andando. Yo le echaría una hora y media, como bien dices, yendo despacito y haciendo paradas.
No me des opiniones: dame datos.
Aquí unos 35km en liso, más o menos entre hora y media y dos horas.
Pues nada, me lo hago en bici. A ver si tengo suerte y no me diluvia, que vaya dos días que llevamos.
"la esclavitud de la humanidad es posible en gran medida porque la mayoría han sido engañados para negar su capacidad espiritual, el poder y la fuerza." mia no es.
Hay quien dice que ¿si dios es todo poderoso, porque no para el mal en el mundo?nosotros somos las manos y los pies de Dios por lo que es nuestra labor hacerlo, nadie fuera de nosotros va a cambiar las cosas.
jaja, estoy fatal xD
Lo que iba a decir aquí, es que yo tardo sobre una hora en 15 km, sin muchas cuestas, así que creo que sobre una hora y media como te han dicho, está bien aproximado. VEnga , anímate!!
Mira, monina , te copio y pego lo que acabo de escribir en el face a próposito del comentario de un facefriend sobre las bondades que podría traerme el agua...
Estoy de la lluvia hasta la... pantorrilla.Bueno, a mi la lluvia (por llamarle de algún modo a todo eso que caía del cielo) me tuvo hoy dos horas refugiado bajo el techo de un garaje (que amable la gente que hasta de me dejaron una silla para que me sentara). No podía irme porque se me hubiera empapado la pasaporte (que llevaba encima porque justo antes de que empezara a 'llover' iba a alquilar una bicicleta), y la cartera con el dinero, que no me importaba tanto como el pasaporte. Total, que los pequenyos charcos de la carretera frente a mí se fueron conviertiendo poco a poco en un estanque de tales dimensiones que hasta los ninyos más pequenyos decidieron darse un banyo (verídico, no exajero ni una 'gota'). El agua tapaba media rueda de las bicicletas. Pasó un cuatro por cuatro a tal velocidad que en la ola que hizo se podría haber surfeado (vale, ahora sí es exajeración). Hasta el camboyano que me dejó la silla terminó sacando su móvil y grabando el tormentón. Yo arrepentidísimo de no llevar la cámara encima. Cuando al final ya llovía de una manera normal decidí meter el pasaporte y la cartera en una bolsa de plástico que había en la papelera e irme por fin. Cuando bajé a la carretera el agua me llegaba por mitad de las pantorrillas, no había manera de saber donde estaba la acera, cada vez que pasaba un coche era un oleaje que subía el agua hasta la rodilla... Los moteros gozándola y los ninyos con las bicis ni os cuento. Yo en el fondo también disfruté, porque no hace frío y no me importa mojarme, pero iba sufriendo un poco por el pasaporte. De camino de vuelta al hotel en esas circunstancias alquilé la bici. Y ná, en el hotel desde entonces. Ahora ya llueve muy poquito, pero son las once y cuarto y en esta ciudad no hay ya nada que yo pueda hacer, excepto salir a pasear, pero está todo lleno de charcos de todos los tamanyos. Y en este hotel nadie se queda en la recepción, así que no se junta nadie con nadie, que era lo que quería decir.
Y es que empezó a llover a las cuatro, y yo me levanté a las once, y entre una cosa y otra no salí del hotel hasta las doce...
Ya nos contarás! Menuda aventura lo de la lluvia (y la silla!), yo me moriría de miedo.