La crisis hace aumentar los casos de caballos abandonados
El refugio de Fonollosa asegura que cada vez es más difícil encontrar personas que puedan mantener a los animales
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El refugio de Fonollosa no tiene espacio para acoger más caballos. ACN
ACN Tener un caballo en una hípica puede costar unos 300 euros mensuales. Un precio que, con la crisis, muchos dueños ya no pueden asumir. La Asociación en Defensa de los Équidos ha alertado de que cada vez son más frecuentes los casos de caballos abandonados por sus propietarios porque ya no pueden hacer frente al coste del mantenimiento. A Fonollosa (Bages) hay un refugio donde recogen estos caballos y trabajan para recuperarlos física y emocionalmente. Nunca antes habían tenido tantos, con 30 caballos han llegado "al límite" y ya no les queda espacio para acoger más. A pesar de que intentan buscarles una familia que pueda hacerse cargo, su responsable, Leonor Díaz de Liaño, ha explicado que cada vez es más complicado.
La mayoría de caballos que llegan al refugio de Fonollosa son viejos o están heridos y ya no sirven para competir. Muchos han sido maltratados, pero cada vez hay más que han sido abandonados por sus dueños porque ya no se pueden hacer cargo.
La responsable de la Asociación en Defensa de los Équidos y propietaria del refugio para caballos de Fonollosa, Leonor Díaz de Liaño, ha explicado que muchos propietarios ya no pueden asumir el coste de mantenimiento del caballo y, incluso, dejan de pagar el pupilaje a las hípicas, un servicio que puede costar cerca de 300 euros mensuales. Según explicó, algunos de estos caballos se compraron "de forma compulsiva" en un momento en que "tener caballo era una moda".
Antes muchos de los que se querían desprender de un caballo lo llevaban al matadero, pero ahora las trabas legales hacen que, si el animal no está registrado, esta opción no sea posible y, en consecuencia, los abandonan. Además, según Díaz de Liaño, ahora, con la crisis, han dejado de pagar fortunas por estos animales y ya no es tan fácil venderlos ".
Menos demandas de los ayuntamientos
Por otra parte, Díaz de Liaño ha señalado que muchos municipios llaman alertando de casos de animales abandonados, "pero cuando saben que son ellos quienes deben hacerse cargo del transporte de los caballos, se echan atrás porque tampoco pueden hacer frente a este gasto ". Según la responsable del refugio, esto representa un peligro porque "estos animales pueden provocar accidentes".
En Cataluña, hay pocas protectoras que acogen caballos abandonados. En el caso de Fonollosa, la financiación se hace al 100% a través de donativos o apadrinamientos. Cada socio paga una cantidad con la que apadrina un animal. En caso de optar por la adopción, el coste es el equivalente a las vacunas y la operación para castrarlo y, además, se harán socios.
El refugio de Fonollosa, "un lugar para volver a vivir"
Muchos de los animales que llegan al refugio lo hacen con unas condiciones "espeluznantes, delgados y enfermos". Pero en cuestión de tres meses, consiguen recuperarlos. Según Díaz de Liaño, los casos de maltrato de caballos "son mucho más frecuentes de lo que nos imaginamos", pero cuestan mucho de detectar. "Si un caballo está muy delgado, puede que no sea porque es viejo, sino porque no lo alimentan lo suficiente". Por otro lado, algunos están maltratados emocionalmente "porque los tienen días y semanas encerrados en un box".
370 caballos ya han encontrado un hogar gracias a la labor de la Asociación en Defensa de los Équidos, pero el refugio de Fonollosa no sólo viven caballos, estos animales también conviven con una treintena de perros, gatos, cabras, ovejas, burros y, incluso, ratas. La propietaria del refugio ha explicado que no sabe decir no a ningún animal que necesite "un lugar donde volver a vivir".