La Asociación ATEA pide al Ayuntamiento que resuelva esta situación, que ya fue denunciada en diciembre, en una finca de Intxaurrondo

Dos perros atados las 24 horas del día en una finca de Intxaurrondo. Este es el origen de la denuncia que ATEA (Asociación para un Trato Ético con los Animales) presentó ante el ayuntamiento el 20 de diciembre año pasado. Ante la falta de respuesta, la Asociación demanda al Ayuntamiento que resuelva esta situación.

Así, ATEA se reunió la semana pasada con el responsable del Servicio de Salud Pública y Bienestar Animal para mostrar su desacuerdo por lo que considera una mala praxis en la gestión de una denuncia interpuesta por esta asociación el pasado mes de diciembre.

En dicha denuncia, ATEA reclamaba la situación de dos perros (un carlino y un pastor alemán) en una finca de Intxaurrondo. Esta asociación denunciaba en su escrito que ambos perros están permanentemente atados por una cadena de pocos metros, situación que «les afecta de forma grave en su equilibrio psicológico, como animales gregarios que son, con unas necesidades emocionales que desde luego no satisfacen en tales condiciones». Asimismo, ATEA explicaba que el estado higiénico-sanitario de dichos animales es «muy deficitario», ya que según este grupo, «los propietarios se limitan a dirigir un manguerazo a la zona ocasionalmente». Al parecer, «cualquier viandante puede apreciar el hedor con solo pasar por el camino que circunda la finca». Los vídeos grabados por esta organización pueden verse en el blog de diariovasco.com 'Uno más en la familia'.

Un veterinario del Servicio de Salud y Bienestar Animal fue a ver el estado de dichos perros y redactó un informe en el que declara que «se cumple la legislación». ATEA declara que dicho veterinario redactó ese informe «refiriéndose tan solo a algunos de los aspectos mencionados en la denuncia», por lo que su inspección les parece resulta sesgada y sospechosamente selectiva. Según esta asociación, el veterinario sólo se ha fijado en aspectos de la salud física de los animales y no observar que cualquier perro posee unas necesidades emocionales básicas que «al no ser satisfechas derivan en una afección mental que puede llegar a convertirse en una auténtica tortura para ellos».

ATEA declara que en la reunión mantenida la semana pasada el veterinario se limitó a decir que, en su opinión, «la legislación se cumple».

Dicha asociación también considera grave que pese a que el técnico veterinario «reconociese el incumplimiento de la normativa en su primera visita», los responsables de los animales no hayan sido sancionados «tal y como especifica la correspondiente sección de las distintas leyes». Al parecer, «el veterinario da por hecho que los animales son liberados con cierta frecuencia y durante la noche», argumento que han dado sus propietarios y que, según ATEA, sus inspectores no han constatado jamás en las distintas visitas que han hecho al lugar de los hechos.

Este veterinario también niega que en la zona huela mal, algo que la asociación denunciante dice que puede comprobar cualquier persona que pase por los alrededores de la finca.

http://www.diariovasco.com/v/2012050...-20120504.html