El sabado pasado, salí a cenar con unas amigas. En la carta no había nada que yo pudiera comer, a excepción de una ensalada de espinacas y manzana. Como me dió un poco de corte pedir otra cosa, pues le dije al camarero que sólo quería la ensalada. Intentó convecerme de que un plato me saldría mucho mas caro que el menú completo. Al final le dije que era vegetariana. Se fué y regresó con el cocinero. De muy malos modos, me preguntó que si tampoco podía comer huevo. Le dije que no. Muy enfadado se dirigió a la cocina y me vino con unos macarrones lavados. Y digo lavados, porque son los que estaban puestos en el menú pero con chorizo. La madre que lo parió! Pues, nada, me levanté y me quedé sin cenar, Y él con tres clientes menos, por supuesto, ya que mis compañeras se vinieron conmigo.