Iniciado por
anima
Yo creo que el tema de "enamorarse", la "monogamia" y demás típicos tópicos relacionados con el amor convencional tienen un problema de raíz.
La primera definición de la RAE para amor es:
Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
Voy a partir de mi propia experiencia porque de otra cosa no puedo hablar.
Soy colombiana. Me crié en una sociedad machista, racista y tradicionalista, en la que el macho siempre era superior a la mujer, y partiendo de esta superioridad, podía hacer lo que se le antojara, que nadie podía poner la menor queja; así estaba establecido.
Por suerte, mi familia no era parte de esa sociedad, era de tendencia liberal, mayormente compuesta por mujeres que se negaron a aceptar el patriarcado como norma, aunque, lógicamente, viviendo en ese ambiente, no podían romper del todo con ello.
Desde pequeñas y pequeños siempre se nos enseña lo mismo: que tenemos que crecer, estudiar, independizarnos, encontrar una casa, una pareja, casarnos (esto ahora, un gran avance, empieza a desaparecer como norma), reproducirnos y morir junto a esa persona, porque se supone que es "nuestra media naranja", "nuestrx príncipe/princesa azul/rosa (típicos colores sexistas), o nuestra salvación en la vida de morir solxs."
Yo no fui una excepción. Era bonito pensar que había en algún lugar del mundo una persona "hecha" para ti, amoldada a ti, con la que algún día me juntaría y sería "feliz".
A medida que fui creciendo, notaba que quería estar junto a alguien, tener pareja. Con las chicas con las que iba siempre era la obsesión: encontrar a un chico y tener una relación duradera y estable. Llegué a caer en un vacío existencial porque creía que si no encontraba a alguien que me diera la felicidad, estaría "condenada" a estar sola. Yo quería estar con una persona, querer a una persona, estar solo con esa persona y tener sexo con esa persona. (Otro tabú más: el sexo. Nunca se me ocurrió, con aquel esquema, pensar en tener sexo con más de una persona. Me parecía obsceno y absurdo, puesto que, teniendo a una persona, ¿para qué necesitaba más?)
Por suerte, me di cuenta a tiempo de que todos esos esquemas mentales impuestos, todos los valores, todos los rituales que tenía metidos en la cabeza, tan arraigados, me hacían daño, y fue cuando me di cuenta del primer error que cometí: buscar la felicidad fuera de mí, en otra persona. Buscar el amor fuera de mí, en otra persona. Proyectar mis carencias en las personas externas a mí. Esa fue la clave para poder cambiar.
Me he dado cuenta de que el amor soy yo, y no es nadie más. De que el amor está dentro de mí, y lo puedo dar en la medida que quiera a las personas que quiera. Porque el amor no es algo externo a nosotrxs.
Cuando te quieres a ti mismx y aceptas que eres una persona con un camino individual por recorrer, con una mente para pensar y con unos intereses, que podrán coincidir con otras personas, pero nunca dejarán de ser los intereses de una mente que recorre un camino en solitario, te das cuenta de que cuando das amor, te duele que luego esas personas a quienes se lo has dado se vayan, pues esperabas algo a cambio.
Sin embargo, cuando eres el amor, cuando eres amor, no te importa darlo a quien sea, sin esperar que vuelva, puesto que no esperas nada a cambio, no esperas que nadie te devuelva nada porque nada necesitas de esa otra persona. Ese es el amor sano, el amor que parte de la propia suficiencia, y no de la necesidad de encontrar a alguien (creando expectativas y esperando que alguien cumpla con ellas); el amor que parte del propio amor y de la sabiduría de que en este camino, que caminamos solxs, nos encontraremos con más personas. Unas más afines, otras menos afines.
Y con cada una de ellas puedo mantener el tipo de relación que queramos, porque la barrera entre amistad y amor no existe. Porque cada persona es un mundo, con cada persona tengo un tipo de relación, y a nadie tengo que rendir cuentas sobre el tipo de relación que mantengo con cada una.
Sabiendo, de antemano, que hemos coincidido en este camino, pero en cualquier momento se pueden separar, puesto que no dependemos el/la unx del/la otrx y cada persona ha de seguir su evolución y atender a sus necesidades.
Para mí (ojo que hablo siempre desde mi punto de vista y experiencia), las relaciones que buscaba antes eran enfermizas, dependientes, egoístas. Aquello a lo que yo llamaba amor no era más que egoísmo proyectado, puesto que, en lugar de buscar llenarme por mí misma, buscaba que otra persona me llenara. Tuve que pasar por una relación de varios años para darme cuenta de cuán egoísta somos, de cuán equivocadxs estábamos teniendo esa relación, y de que, por mucho que se pretenda, una persona no puede ser tu vida y esas relaciones no duran toda la vida, porque nunca nos fusionamos con otra persona, nunca dejamos de ser uno más uno para ser dos, y los caminos cambian y las personas evolucionamos de diferentes formas.
Las relaciones que tengo ahora con las personas son algo entre esas personas y yo, y nadie tiene por qué exigirme nada, cada cual es unx compañerx distintx. Con sexo, sin él. Si el sexo realmente estuviera visto como algo natural en esta sociedad, no se mantendría la sensación de posesividad sobre el cuerpo de otra persona cuando quiere practicarlo con otra persona. No es más que un juego, pero sigue pareciéndonos algo obsceno y pudoroso.
En fin, para mí, hay muchos tabúes y machismo, y todo sigue anclado en lo mismo, en el tradicionalismo y en que no hemos roto con el patriarcado. El día en que lo hagamos, será uno de los primeros pasos para empezar a ser libres como individuxs, independientemente de que seamos mujeres u hombres.