La región alcanza el récord de 37 parejas de águila; en 1980 estaban al borde de la extinción

Dos nuevas parejas de águila imperial sobrevuelan los cielos de la región desde el último año. El programa de recuperación de la Consejería de Medio Ambiente ha logrado salvar de la extinción a esta rapaz, que hace treinta años había desaparecido prácticamente de los cielos madrileños. 2011 ha sido un año «de altura» para esta especie. La población se ha incrementado un 6% con respecto al año anterior y ya son 37 las parejas que anidan en la Comunidad, lo que constituye una cifra histórica, hasta ahora inalcanzable.

El objetivo es lograr una población sana y estable, con garantías de viabilidad a largo plazo y, al mismo tiempo, mejorar su hábitat. Con este programa de recuperación se ha logrado una evolución positiva de la especie, pasando de 21 territorios nidificantes en 1986 a casi duplicarse en 2011. Históricamente, el águila imperial ibérica se distribuía por toda la Comunidad de Madrid, pero en los años 70 sus nidos llegaron a desaparecer de los territorios conocidos de las sierras del norte de Madrid, y a finales de los 80, del centro de la Sierra de Guadarrama.

Desde entonces el incremento ha sido constante. El pasado ejercicio se cerró con 37 parejas establecidas, lo que supuso un aumento respecto a 2010 de dos parejas, y de cinco con respecto a 2009, lo que indica a su vez un crecimiento anual de casi un 10 %. Por otra parte, el número de parejas reproductoras en 2011 ha sido el más elevado desde que existen registros de esta especie, de forma que del total han criado alrededor del 82%.

Además, cabe destacar que hasta hace pocos años todas las áreas de reproducción conocidas de esta rapaz se encontraban sólo en el centro y suroeste de la región. En el resto de la Comunidad resultaban (y continúan resultando) frecuentes los avistamientos, dormideros o estancias temporales de ejemplares de esta especie, pero nunca nidificación estable. En este sentido, en los últimos cuatro años se han ido estableciendo nuevas parejas en la zona este de la región, de forma que desde hace poco ya se tienen localizadas tres parejas en este área.

Tendidos eléctricos

Uno de los principales obstáculos y la mayor causa de mortandad no natural del águila imperial en la región es la alta densidad de tendidos eléctricos, que en muchas ocasiones provocan electrocuciones o colisiones. En sus 800.000 hectáreas, la Comunidad alberga un número elevado de infraestructuras que pueden obstaculizar la pervivencia natural de la especie, a lo que se suma la lógica presión demográfica de una región tan poblada como Madrid.

Por ello, una de las principales actuaciones llevadas a cabo por la Consejería de Medio Ambiente, que dirige Ana Isabel Mariño, ha sido la adecuación de tendidos eléctricos de alta peligrosidad. Así, en virtud de convenios con las compañías eléctricas, se han modificado hasta 180 postes para reducir los efectos perjudiciales que estas instalaciones pueden originar sobre la avifauna, priorizando siempre en las zonas de cría.

Además, se han concedido subvenciones de 200.000 euros a fincas privadas donde se alojan nidos de esta especie para favorecer su expansión. Igualmente se han instalado plataformas de nido en lugares favorables para la reproducción del águila imperial, con el fin de dirigir la nidificación hacia zonas seguras y tranquilas.

http://www.abc.es/20120304/madrid/ab...-20120304.html