Abejas para vigilar los niveles de contaminación ambiental

Madrid, 19 nov (EFE).- El uso de colmenas para medir contaminantes atmosféricos, un método ecológico y de coste muy reducido, es ya una realidad en otros países europeos y acaba de llegar a España de la mano de una empresa cordobesa.

Así lo ha asegurado a Efe Jose Antonio Ruiz, responsable de la empresa Apoidea, promotora del proyecto piloto pionero en España que se desarrollará gracias a un convenio firmado con el Ayuntamiento de Córdoba.

Los insectos actúan como "bioindicadores" que, cuando salen a buscar polen, recogen a la vez muestras de metales pesados del aire "pegadas" a los pelillos de su cuerpo.

El tipo de polen que recogen las abejas permite, además, conocer los lugares que han visitado y relacionarlo con los niveles de contaminación de metales pesados como el plomo, níquel o mercurio.

En la actualidad Apoidea está en negociaciones con la empresa de gestión ambiental de la Junta de Andalucía para establecer la validación de la metodología para que sea reproducible en otras ciudades españolas.

Para el proyecto piloto se han instalado cinco estaciones de monitoreo, cada una con 40.000 abejas, de las que 10.000 salen diariamente en busca de polen y néctar.

Cada estación se compone de dos colmenas que abarcan áreas de 7 kilómetros de forma que, sumando todas las unidades de muestreo, se cubre todo el territorio de la ciudad andaluza.

"Para muestrear los metales pesados se recogen abejas vivas y polen cada 15 días y de néctar una vez al mes, que son congeladas para su envío y posterior análisis a la Universidad de Bolonia (Italia), donde lideran la investigación en esta materia desde hace 25 años", afirmó Ruiz.

Los datos obtenidos se vuelcan en un sistema de información geográfica que elabora mapas con las sustancias contaminantes presentes en cada área de la ciudad.

El uso de la abeja como bioindicadores también se ha establecido en ciudades de Alemania, Inglaterra o Italia.

Según Ruiz, el proyecto podría extrapolarse a grandes ciudades como Madrid, porque "hay muchas zonas verdes y, si se hacen las cosas bien, las abejas no molestan a los ciudadanos, siempre que no se descubra el lugar exacto de situación de la colmena para evitar problemas".

Aunque por ahora la empresa solo mide metales pesados y pesticidas, en el futuro se prevé la monitarización de otros compuestos como contaminantes como el dióxido de azufre, e incluso isótopos radiactivos o explosivos.

De hecho, una empresa de Inglaterra ha desarrollado recientemente una patente con estos insectos para descubrir explosivos en los aeropuertos para equipajes de los aviones.

Ruiz también advierte de que este sistema no pretende sustituir a los indicadores físico-químicos convencionales sino complementarlos, aportando un "plus" de información.

"Nada mejor que un ser vivo para conocer los efectos de la contaminación en otro ser vivo, el humano y a su entorno", ha afirmado.

En cuanto al coste Ruiz afirma que es menor que los sistemas actuales, con la ventaja de que la información que proporcionan las abejas no es puntual, porque cada insecto recoge muestras de una distancia de 1,5 kilómetros.

http://es.noticias.yahoo.com/efe/200...268c425_1.html