La última vez que viajé en avión fue a Turín y para mi sorpresa sirvieron desayuno (en la ida) y merienda (en la vuelta). No me lo esperaba para nada porque pensaba que no servían ya nada (por eso llevaba una bolsa de cacahuetes en el bolso, jejejeje)
En el desayuno me sirvieron café, un zumo, fruta y un bollo (que no cogí). En la merienda lo tuve más complicado: un refresco y una chapata de lomo, queso o jamón. Lo llego a saber cuando compré el billete y pregunto la posibilidad de menú vegetariano.