os confieso, bibliófilos, que estoy pasando por una de esas etapas de no lectura al las que se refería Chaia, supongo que tiene que ver con toda la revolución de tener una hija, aunque no estoy segura, antes vivía estos momentos de apatía por el hecho de leer (que no por los libros) con dolor y preocupación, ahora me lo tomo con calma, sabiendo que volveré y todo seguirá igual.
Yo no escribo nunca en ellos, a veces subrayo, o marco con un círculo, marco algún fragmento con una x al lado, siempre a lápiz, algunas veces hago dibujitos, pero nunca escribo (horror, horror!), al escribir en un libro se corre el riesgo de rellenar espacios cada vez más pequeños, o lo que es peor, de escribir perpendicularmente el texto, y eso es visualmente muy perturbador, si quiero anotar algo lo hago en un trozo de papel que luego dejo entre las páginas.
Intento frenar el impulso de prestarle un libro a nadie, aunque a veces se me nubla la razón, hace mucho tiempo le presté un cómic a un amigo y tardó en devolvérmelo alrededor de cinco años (cuando ya había vuelto a comprármelo), lo cierto es que fue muy emocionante recuperarlo, pasados tantos años, en su edición original (en realidad era cinco tomos) con las portadas que me remitían al momento en el que lo compré (bueno, tenia quince años, ese concretamente lo robé), con sus páginas ya amarillentas ...Los libros y la vida de una son la mima cosa.
Nunca me siento en obligación de leer un libro, así como me entristece terminar libros que me han cautivado mucho, no tengo problemas en dejar un libro aburrido a medias. Cuando un libro no me gusta siempre se lo regalo a quien creo que pueda interesarle.
En los libros busco sólo que me cuenten historias.
No creo poder afirmar que algún libro o autor me haya cambiado la vida, aunque Ballard me dejó en estado de shock, y siempre guardaré por él esa dulce y oscura obsesión. Sentí una tristeza profunda el día que murió.
A diferencia de Sarmale (sólo uno! maldita jaja) hay muchos escritores que me hacen sentir insignificante y me producen verdadera envidia, uno de los más amados/odiados es Faulkner, he empezado Absalón, absalón! dos veces y he tenido que dejarlo, sintiendo me pequeña y estúpida, muy malhumorada. Aunque ahí lo tengo, no me rindo eh ... Si un escritor consigue sacarme una risa ya me tiene ganada. Soy comicófila y amante de los libros de ilustraciones infantiles.
... también una acumuladora compulsiva de libros, y no lo digo con orgullo, a veces me da un poco de vergüenza, tengo libros sin leer que compré hace una barbaridad, me digo que ya los leeré, pero en momentos pienso que quién sabe. Trabajé cuatro años en una librería, me pagaban una mierda pero no me importaba demasiado y ahora dudo que tenga un trabajo tan gratificante nunca más, en esa época leía como una demente y a pesar de ello, compraba más libros de los que podía devorar.
Ahora vamos muy mal de pasta y no puedo comprar cómics, a penas algunos libros, y libros ilustrados ...para la peque jeje. Los sábados por la mañana solemos ir a un mercado de trastos y objetos usados varios y nada me hace más feliz que intercambiar un miserable euro por ediciones viejas y fantásticas de libros de segunda mano, es algo así como un milagro. Prefiero las tapas duras, aunque no suelo poder comprarlas, así que sólo lo hago en casos en los que le fetichismo no me deja pensar con claridad, no me importa tanto que sea edición de bolsillo como la cutrez y el poco mimo en el diseño y los colores de la portada.
Después de muchas vueltas, el supuesto orden es fríamente cronológico, ahí está Orwell al lado de John Fante, sin piedad! Por lo demás hay pilas de libros en cualquier lugar de la casa, algunos todavía en cajas, pasados dos años desde la última mudanza.
Una de las fijaciones de la canija es ir a la librería y empezar a sacar libros, mira las fotos de las portadas, pasa páginas, los lleva de aquí para allá ...(yo no veo muy claro que es lo que le fascina tanto jaja). Su padre, que es un loco que sólo lee ciencia ficción, tiene sus propios libros al lado de la cama y no le deja tocarlos, así que yo sí le dejo, saca este o aquel, me lo enseña o lo señala y es como si me animara a reencontrarme con ellos, me gusta ver como los manipula, los cojo, leo un fragmento, lo dejo ...entonces los apilamos de cualquier manera y nos vamos a jugar o la calle de paseo.
Os dejo un corto guay ...aquí