Pues a mí no me costó; cierto es que llevaba mucho tiempo rondando la idea, valorando, sopesando, y un día sin motivo especial y sin que hubiera pasado nada concreto, dije, ya no más; limpié la nevera de todo aquello que ya no iba a consumir y no me costó ni echo nada en falta. Sólo hay una cosa que no he sido capaz de eliminar. La leche de vaca.
A día de hoy me es imposible; sólo tomo un poco con el café del desayuno; una media taza, es poco, pero la tomo de vez en cuando; no soy capaz de eliminarla. No encuentro una leche vegetal que me acomode para el café. O lo dejan muy aguado( la de soja y avena) o modifican el sabor del café( la de almendras)
No me obsesiono; creo que las cosas deben salir con naturalidad y no forzarlas; acabaré eliminándola, pero a día de hoy convivo con esa media taza de vez en cuando. Lo que estoy haciendo es implementar el uso de la leche de almendras( aque es la que más me agrada) en otros usos (batidos, salsas...)hasta hacerme plenamente a ella y poder dejar la de vaca usando la de almendras.