Vitamina C (ácido ascórbico) cuenta con numerosas funciones biológicas. Ante todo, es esencial para la síntesis de colágeno y glicosaminoglicanos que son los materiales de construcción de todos los tejidos conectivos, como la piel, vasos sanguíneos, tendones, cartílagos de las articulaciones y los huesos. La vitamina C es la coenzima necesaria para dos grupos de enzimas que catalizan el entrecruzamiento de las fibras de colágeno y hidroxilasas lisil hidroxilasas prolil. Como tal, la vitamina C es esencial para la cicatrización normal y de la salud capilar.
La vitamina C participa en la biosíntesis de la carnitina, la serotonina, y ciertos neurotransmisores, como la noradrenalina.
La cantidad diaria recomendada es de 60 mg . esta cantidad que se estableció hace más de 50 años es completamente errónea según muchos científicos, médicos y premios Nobel.
Estos han calculado que necesitamos un mínimo de 1000 mg de vitamina C al día. Todos los animales en la naturaleza fabrican su propia vitamina C excepto el hombre, los primates, las cobayas los murciélagos comedores de fruta y el bulbo naranjero. La razón por la que no fabricamos vitamina C es porque durante la antropogénesis (formación del hombre) que duró más de 80 millones de años, la mayor parte de ese tiempo hemos vivido en la selva siendo frugívoros. Como la vitamina C era tomada en grandes cantidades, el cuerpo dejó de fabricarla porque no era necesario. Pero ahora vivimos en una selva de hormigón. Desde que el hombre ha salido de la selva no ha podido fabricar su propia vitamina C. Además desde la invención de la agricultura, el hombre seleccionó durante miles de años aquellas frutas que eran más dulces (mas azucar) pero menos vitamina C. Hasta tal punto de que hoy en día una naranja solo posee una ridícula cantidad de unos 60 mg de vitamina c.
Existen todavía frutos como la acerola que un solo puñado de estos frutos tiene más de 1000 mg (1 gramo) de vitamina c.
En contra de los radicales libres:
El secreto de esta vitamina es al parecer su capacidad de frenar la producción de radicales libres, catalogados por la medicina moderna como los enemigos número uno de la salud.
Los radicales libres son moléculas inestables a las que les faltan electrones y, para obtenerlos, se los roban a moléculas sanas de nuestras células, dañándo su ADN.
Para combatir a los radicales libres, la vitamina C cede un electrón a los radicales libres y los convierte en estables. El estrés, el cigarrillo, el humo de las ciudades, la comida cocinada, los fertilizantes de las frutas, los productos procesados.. contienen radicales libres que dejamos entrar a nuestro cuerpo. Y se hace necesaria una protección extra. Allí es donde la vitamina C se convierte en estrella, cada vez más brillante.
Enfermedades cardiovasculares:
El doctor Rath cuenta en su libro "por que los animales no subren de infarto", que una de cada 2 personas morirán de enfermedades cardiovasculares -eso es la mitad de las personas que lean esto- y la razón de que esto ocurra es la carencia de vitamina c y otros complementos.
La vitamina C es indispensable para la salud del corazón. Cardiólogos japoneses administraron 500 mg diarios a 119 pacientes que habían sido sometidos a angioplastia -un procedimiento para destapar arterias obstruidas-, de los cuales, según los pronósticos, uno de cada tres debería someterse al mismo tratamiento en el futuro, pero solo al 14 % de ellos le hizo falta.
En las arterias, la vitamina C trabaja protegiendo de la oxidación al LBD o colesterol malo, lo que impide que forme placas o ateromas. Además eleva el índice en la sangre del colesterol bueno.
El Dr. James Enstrom y sus compañeros de la Universidad de California, Los Ángeles, estudiaron el efecto de la ingestión de vitaminas en más de 11.000 estadounidenses durante un período de diez años. De este proyecto de investigación se desprendió
que en las personas que tomaban todos los días tan solo una dosis de 300 mg de vitamina C, ya fuera a través de su dieta, ya fuera mediante suplementos nutricionales, el riesgo de enfermedades del corazón se reducía en un 50% en el caso de los hombres y en un 40% en el caso de las mujeres, en relación con el americano medio, que toma unos 50 mg de vitamina C al día. Este mismo estudio mostró que el incremento de vitamina aumenta la esperanza de vida, pudiendo haber una diferencia nada menos que de 6 años.
mas info:
http://www4esp.dr-rath-foundation.or...ros/index.html
También, la vitamina C baja la tensión diastólica -la mínima- con una dosis pequeña: sólo 240 mg diarios.
Las defensas en guardia:
Los glóbulos blancos, pilares de nuestro sistema de defensa contra las infecciones, se deterioran fácilmente por los factores oxidantes. Y si bajamos la guardia quedamos expuestos. Hay estudios que demuestran que la vitamina C disminuye la duración de las infecciones, ya sean por bacterias o por virus, porque fortalece el sistema inmune. Lo mismo se recomienda en el caso de aftas (llagas bucales) y herpes.
Si se sufren infecciones recurrentes, ya sean respiratorias, urinarias o en la piel, quizás le recomienden 1 gramo diario. Los asmáticos o quienes sufren de alergia al polen requieren dosis similares para proteger las mucosas respiratorias de la inflamación y espaciar los ataques ademas la vitamina c tiene función antihistamínica suave.
La prevención del cáncer:
El poder anticancinógeno de la vitamina C es una de las posibilidades más prometedoras.
Ya se ha comprobado que una ingestión óptima, 1 gramo diario, previene el cáncer de colon, de esófago, de mama y de cuello uterino. Bloquea la formación de nitrosaminas.
En el caso de los fumadores, la vitamina C es fundamental, ya que cada cigarrillo elimina entre 60 y 100 mg de vitamina C. En casos de tumores, se ha estudiado la capacidad de la vitamina C para reforzar los tejidos sanos, que se defenderían mejor de la invasión de células cancerosas. Existen investigaciones que afirman una sobrevida más prolongada con dosis muy altas diarias.
Estrés:
Afrontar con éxito la cuota emocional y física del estrés puede depender más de la vitamina C que de cualquier otro nutriente individual. Las glándulas suprarrenales que secretan hormonas en situaciones de estrés contienen más ascorbato que cualquier otra parte del cuerpo.
la vitamina c ayuda en la elaboración de estas hormonas del estrés y protege al cuerpo de las toxinas creadas cuando las hormonas son metabolizadas.