Se reeditan dos antologías con historias, recuerdos y reflexiones sobre perros y gatos. Lo dijo Chesterton: "Un perro es un augurio y un gato un misterio”

En El oráculo del perro, de Gilbert Keith Chesterton, al Padre Brown le plantean la resolución de un crimen. La inteligencia y la impresionante capacidad de deducción del Padre Brown le llevan a la resolución del misterio cuando le relatan los detalles, la personalidad de los sospechosos y la actitud del perro de la víctima, un estupendo ejemplar de retriever.

Es a través del comportamiento del animal –que el Padre Brown interpreta de manera diferente al del resto de implicados– como el astuto detective de Chesterton desenmascara al asesino: “El perro casi podría haber contado la historia, si pudiese hablar”, concluye Brown.

El de Chesterton es uno de los textos que contiene Las mejores historias sobre perros (Siruela), una antología que acaba de reeditarse y que contiene testimonios, cuentos, ficciones, anécdotas y reflexiones de escritores amantes de los canes como Rudyard Kipling, Jack London, Hugh Walpole o Virginia Woolf. Siruela lleva vendidos cerca de 10.000 ejemplares de estas historias caninas y de Las mejores historias sobre gatos, con textos de autores como Guillermo Cabrera Infante, Colette y Patricia Highsmith, entre otros.

“Allí donde no hay mujeres ni niños, los hombres de inclinaciones bondadosas se encariñan con alguna mascota, ya que necesitan volcar su afecto en algo”. Lo dice Dick Baker, buscador de oro en el barranco del Caballo Muerto, y dueño de Tomás Cuarzo, en su opinión el gato más listo del mundo y el mejor minero: “Tenía más sentido común y sabía más de minería ese gato que cualquier hombre que he conocido”, sostiene el veterano minero en el cuento de Mark Twain El gato de Dick Baker.

Muchos escritores han sentido un enorme cariño por sus mascotas: Borges adoraba a sus felinos Odín y Beppo; Mark Twain fue dueño de muchos gatos, entre otros, Apollinaris, Bambino, Beelzebub o Buffalo Bill; Ernest Hemingway es el responsable de que en su casa museo, en Cuba, todavía merodeen gatos son seis dedos, descendientes de uno que le regaló un marinero... El mejor amigo de Truman Capote se llamaba Charlie, y era un bulldog inglés; Lord Byron escribió un sentido epitafio para Boatswain, su querido terranova: “Aquí reposan los restos de una criatura que fue bella sin vanidad, fuerte sin insolencia, valiente sin ferocidad, y tuvo todas las virtudes del hombre y ninguno de sus defectos”.

Los poetas expresaron con ternura su afecto por sus mascotas. Pablo Neruda es autor de una Oda al gato, al que llama, entre otras cosas, pequeño emperador sin orbe, mínimo tigre de salón o nupcial sultán del cielo. Y también Charles Baudelaire y Jorge Luis Borges inventaron versos gatunos.

Fernando Sánchez Dragó tiene que reprimir las lágrimas cuando habla de Soseki, protagonista de un libro suyo. El nombre lo tomó del escritor japonés Natsume Kinnosuke que utilizaba el seudónimo de Natsume Soseki, y que es el autor de Soy un gato, una obra literaria en la que el narrador es el felino de una familia.Flush, protagonista de un cuento de Virginia Woolf, está inspirado en su perra Pinka. La pastora alsaciana que acompaña a J. R. Ackerley en Mi perra Tulip, sin embargo, no es inventada.

Abunda la literatura gatuna y perruna en el extranjero. “En Alemania hay auténtica locura con los perros y gatos; aquí no es tan intenso, pero hay un nicho de lectores”, cuenta Elena García Aranda, editora de Siruela. En España quizás les prestemos menos atención, pero hay escritores que no disimulan sus simpatías animales. Antonio Burgos es autor de Gatos sin fronteras y Alegatos de los gatos. Rosa Montero milita en su defensa, Espido Freire acoge en su casa a gatos abandonados. Y Errata Naturae publicó Perros gatos y lémures, con textos sobre sus animales domésticos de Soledad Puértolas, Andrés Trapiello y José Carlos Llop, entre otros.

No es raro que los escritores hablen de lo que admiran. Emily Dickinson decía que los perros son mejores que las personas, porque “saben, pero no cuentan”. Y Chesterton resumió las virtudes de cada animal: “Un perro es un augurio y un gato es un misterio”.

http://www.intereconomia.com/noticia...cotas-20120715