Río ha pasado mucho, mucho tiempo, encerrado y sin apenas contacto humano. Llegó al refugio asustado y desconfiado, temía los gestos bruscos y los gritos. Con paciencia y amor se han convertido en un perrito faldero, en un perro confiado y bueno que se muere por una caricia mucho más que por una salchicha :-)
Dale la oportunidad de salir del refugio y de conocer un hogar en el que todo sean mimos y a todas horas.

Para más información o para adoptarlo escribe a adopciones@elrefugioescuela.com