En el biocentrismo, el valor intrínseco de todo ser vivo puede distribuirse con diferencias de grado o uniformemente:
- Biocentrismo gradualista o moderado: lo siguen quienes sostienen que todos los seres vivos tiene un valor intrínseco pero que no todos merecen la misma relevancia moral porque las capacidades de cada ser vivo son muy diferentes, y por lo tanto, dan diferentes consideraciones del valor individual, es decir, distribuyen el valor de la vida con diferencias de grado.
Los intereses de las plantas, por ejemplo, contarían mucho menos que los intereses de los animales no-humanos o de los humanos.
Kenneth E. Goodpaster reaccionó en contra de la postulación de la sensibilidad como criterio de demarcación a la hora de dar valor intrínseco a un objeto. Según Goodpaster, la sensibilidad (entendida como subjetividad) sólo es un medio para alcanzar el fin superior que atañe a todos los seres vivos: la supervivencia. Según Goodpaster, y apoyándose en Aristóteles,
todo ser vivo posee como característica el "interés" por alcanzar una meta: su telos vital (desarrollarse, reproducirse, etc.) y que le puede ser negado por otros organismos, lo cual, según el biocentrismo, es una falta moral. En la ética de Goodpaster
todos los seres vivos merecen consideración moral, pero moralmente no todos son de igual importancia. Por lo tanto, deja abierta
la cuestión de cuánto peso se debe dar a los "intereses" de una planta cuando entran en conflicto con un animal sintiente.
Otro biocentrista gradualista es
Robin Attfield. Attfield explica el biocentrismo gradualista así[8]:
"Del hecho de que las plantas posean relevancia moral no se sigue que la actitud que haya de ser adoptada hacia ellas y las criaturas vivas sea la de “reverencia hacia la vida” tal y como fue defendida por
Albert Schweitzer. Pues puede existir la necesidad, preponderante casi siempre, de tratar y valorar a las plantas, y quizás a algunas otras criaturas, como recursos, por muy valorable que sea su propia vida."
Formulamos de forma más clara el argumento que utilizan dichas personas. Éste iría como sigue:
(A1) "Los animales sienten porque tienen cerebro".
(A2) "Las plantas no sienten porque no tienen cerebro".
(A3) "Las plantas, como los animales, también están vivas".
(A4) Como (A3) es verdadero entonces "Matar a una planta también es éticamente incorrecto".
A lo anterior se añade un quinto argumento, que depende del tipo de posicionamiento:
(A5) Como "Necesitamos alimentarnos con vida" y (A4) es verdadero entonces "Debemos comer plantas antes que animales sintientes, pero las plantas también merecen respeto moral". (Biocentrismo gradualista)