No me puedo quejar de mis padres, han hecho todo lo que han podido por mí, me han apoyado siempre en mis decisiones, han confiado mucho en mí (a veces demasiado), me han dado buenos consejos y me han dejado pensar por mí misma y ser autónoma para muchas cosas. Empecé a apreciar realmente lo mucho que se habían sacrificado cuando me fui de casa, antes, lo daba todo más por sentado.
Me ha marcado sobre todo el ser la quinta de seis hermanos, para bien y para mal, algunos me sacan muchos años, y era como tener padres y madres extra.