El Instituto Karolinska y la Junta Nacional de Suecia para el Desarrollo Industrial y Técnico realizaron un estudio epidemiológico en Suecia sobre 436.503 personas con un tiempo de duración de 25 años, entre 1960 y 1985. El estudio está realizado teniendo en cuenta las casas situadas a menos de 325 metros de líneas de 220 y 400 Kv. Los resultados indican que a partir de 0,2 microteslas (200 nanoteslas) se incrementan las leucemias en adultos, así como los tumores cerebrales. Evidentemente a mayor intensidad y mayor exposición, mayor riesgo. En los niños menores de quince años la posibilidad de contraer leucemia se multiplica por cuatro cuando están expuestos a dosis de 300 nanoteslas; incluso en dosis de 200 nanoteslas el riesgo es el triple. La mayor cantidad de casos de cáncer, se dio en las situadas a menos de 50 metros de las líneas.
En 1993, se presentó en el Parlamento Europeo, a petición del diputado Paul Lannoye del grupo parlamentario de los Verdes, una resolución sobre campos electromagnéticos. Entre los once puntos tratados destacan entre otros el primero en el cual se pide a la Comisión que proponga, para las diferentes tecnologías generadoras de campos electromagnéticos, medidas que incluyan reglamentos y normas orientadas a limitar la exposición de los trabajadores y del público frente a las radiaciones electromagnéticas no ionizantes, teniendo en cuenta los conocimientos científicos actuales. El segundo apartado solicita la aplicación de las normas vigentes en Suecia en relación a las pantallas de visualización, sobre las prescripciones mínimas de seguridad y salud relativas al trabajo con estos equipos. Asimismo, se estima que se aconsejen pasillos para las líneas de transporte eléctrico de alta tensión, dentro de los cuales se excluirá toda actividad permanente, y por tanto cualquier vivienda, al tiempo que recomiendan a los Estados miembros que prevean medidas de prevención y de información en las regiones recorridas por líneas de alta tensión, así como sistemas de indemnización y de expropiación en favor de las poblaciones afectadas. En otro punto se pide a la Comisión que presente un proyecto, referente a la obligación de informar al consumidor a través de una etiqueta de los campos generados por los aparatos electrodomésticos. Finalmente se encarga a su Presidente que transmita la resolución a la Comisión, al Consejo y a los gobiernos de los Estados miembros.
La polémica se ha desatado en varias comunidades por su negativa a la construcción de líneas de alta tensión, caso de Tarifa o de Ibiza, donde las plataformas ciudadanas anti-líneas se oponen tenazmente argumentando el impacto medioambiental, además de los posibles efectos sobre la salud de las personas expuestas. En primer lugar hay que considerar los preocupantes informes sobre el impacto, no ya sólo paisajístico, sino en el paso de las aves, así como en el fondo marino que puede suponer el paso del cable por las aguas. En relación a los riesgos sanitarios, el enterramiento del cable no supone una solución en cuanto a la desaparición del campo magnético generado por el cable. Sin embargo, una medida preventiva es la distancia: a mayor distancia menor campo, llegando éste a desaparecer a partir de ciertos metros de separación entre las viviendas y la línea, según el voltaje de ésta.
Para considerar en general las distancias más apropiadas, retomaremos las recomendaciones que vienen de Alemania; éstas vienen marcadas por el voltaje de la línea, si presenta, pongamos por ejemplo, 400.000 voltios la distancia de separación sería de 400 metros, es decir, 1 metro por cada mil voltios de tensión. Si el núcleo urbano se encuentra situado a una distancia de 2.000 metros, el riesgo estrictamente reducido al pueblo es prácticamente nulo. No obstante, habrá que considerar las viviendas situadas más cercanas que sí puedan estar sometidas a una determinada radiación. En este caso es imprescindible el asentimiento de sus habitantes en aceptar el posible riesgo consintiendo permanecer en ese lugar o trasladarse a otro donde no se dé esta situación. Además, habría que cumplir una reglamentación que impidiera construir, ya sean viviendas, escuelas, hospitales o centros laborales, a una determinada distancia de la línea, ya esté construida en superficie o vaya enterrada, tal como se plantea en otros países y en la Resolución del Parlamento Europeo.
(Para más información: Contaminación Electromagnética: Las radiaciones y sus efectos sobre la salud. Raúl de la Rosa. Editorial Terapión)
Raúl de la Rosa
Técnico en Medio Ambiente
Revista Primavera 1997
http://www.revistanatural.com/indice...imavera%201997