Iniciado por
sujal
Está claro erfoud. No es lo mismo el apego cariñoso a un animal, que la preocupación moral hacia los animales.
A veces, de lo primero se llega a lo segundo si compartimos techo con un animal "de compañía". Nos sensibilizados con esos maravillosos compañeros de vida observando como reaccionan, como sienten y VIVEN (la empatía). Otras, se llega sin que haya necesariamente que partir de lo primero, pues hay quien a través de la reflexión llega a aceptar la necesidad moral de una ética que oriente nuestros modales con las otras especies.
De todas maneras, las dos motivaciones creo que entran en mayor o menor grado en la preocupación hacia los animales.
La cuestión es; ¿Porqué el mascotismo no siempre acerca al animalismo? Quizás por que el mascotismo afecta, las más de las veces, a las necesidades de uno mismo y el animalismo nos obliga a pensar en los demás.
La fiel compañía de una mascota sustituye o complementa lo que los humanos no suelen encontrar entre sí; el calor de tener a alguien cerca que nunca va a decepcionarte, que nunca va a dejarte cautivo de una soledad sombría y cruel. Así, en nuestras malogradas sociedades, los animales "domésticos" son parte, en muchas ocasiones, de una terapia para alejar la soledad. Ese amor hacia un animal, es un amor exclusivo, posesivo; es el amor más de moda en un mundo de carencias afectivas.
El otro amor, el desprendido, el que no pone límites al amado, el que no entiende de contratos o facturas, el que acoge a quien se acerque (no a quien se tenga); ese es de verdad un amor minoritario. Si no no harían falta las ONG´s ni los movimientos de concienciación contra injusticias.
Entonces es posible, claro, que el animalismo acerque al mascotismo. Pero ya es para acoger a un animal necesitado como primer impulso. Ese otro amor...