Llevo 10 años de vegetariano, como bastante fuera de casa y siempre con carnacas.
He visto multiples veces como una vez que la gente sabe que soy vegetariano sus comportamientos cambian y la relación con el grupo tiende a distanciarse. Estoy tan cansado de ser el raro. Tanto que intento evitar que la gente lo sepa. El problema se agudiza cuando intento explicar que no es por salud.
Otro ladrillo más es que al comer mucho fuera de casa y no tener tiempo habituo a comer huevo y preparados de tofu. No me gusta el tofu, nunca me ha gustado, lo como exclusivamente por el aporte proteíco. Nadie parece comprender que que coma algo que ni les gusta a ellos, ni me gusta a mi.
El comer huevo es una solución al problema de comer fuera y te da la oportunidad de poder compartir algo de comida sin ser el bicho raro. Aunque genera el típico problema moral interno y la discusión externa.
Practico bastantes actividades de montaña, por lo que habitualmente necesito llevar mucha comida que no necesite frio, ni tupers y aguante un transporte agitado, asi que no veo más solución que llevar preparados de salchichas y embutido vegetal carísimos, que no me gustan, y que si los doy a probar la gente detesta.
De aquí sale otro gran problema, compartir. En todos mis años de vegetariano he tenido este problema. Hay varias razones:
- nadie mira con buenos ojos lo que no conoce
- no conozco nada que pueda compartir y a la gente le guste más que su embutido
- rechazar la comida de otros rompe los vinculos de amistad que se crean en el momento de comer
En el mundo del deporte la gente cuida mucho de no comer hidratos a la noche. Con lo que a la hora de cenar lo tengo muy mal para poder compartir o defender lo que estoy comiendo.
Otro gran problema es al asar o hacer parrilladas. Soy el unico vegetariano por lo que se me tiende a excluir de la compra y a la hora de asar me quedo solo haciendo "mis movidas" (y aunque el seitán pueda agradar a alguien, naide suele comer más allá del trozo para probar).
Este problema lo tengo día a día en casa, en el trabajo y fuera del trabajo (no puedo ir de pintxos con la gente). Los fines de semana lo vuelvo a tener: en la montaña, en los albergues, refugios, cenas post-faena...
Imagino que a más de unx le habrá pasado, agradecería ver vuestras soluciones porque no es nada agradable ser el raro.
Mersi