Una investigación española sugiere que su capacidad de depredación es tan poderosa como la de los peces y que, en el peor de los escenarios, pueden acaparar los mares

Fascinantes por su engañosa fragilidad, las medusas han logrado sobrevivir desde que aparecieron hace cientos de millones de años a pesar de su primitiva anatomía y de haber recibido un escaso número de dones en la tómbola biológica. Con tan pocos recursos, podría parecer que estos animales iban a ser relegados a jugar un pobre papel en los océanos, pero la realidad es precisamente la contraria. Una investigación española publicada en la revista Science sugiere que las medusas tienen una capacidad de depredación comparable a la de los peces que nadan activamente en busca de presas. Lo han conseguido gracias a un enorme aumento del tamaño de su cuerpo, compuesto esencialmente de agua. Los científicos advierten de que si seguimos explotando los recursos pesqueros sin control y contaminando las aguas, podemos condenar los mares a una «invasión gelatinosa», como ya ocurre en algunas zonas del planeta. Puntos del Mediterráneo o Japón son un ejemplo.

«Los peces son depredadores visuales, tienen ojos para escanear la posición de su presa en el ambiente, pero las medusas son muy primitivas y dependen de un sistema de caza muy poco eficaz», explica José Luis Acuña, profesor de la Universidad de Oviedo. Este sistema consiste en el contacto directo entre el cuerpo de la medusa y su víctima, por lo general pequeños crustáceos planctónicos que flotan entre las aguas, así que, básicamente, están condenadas a columpiarse a su suerte y esperar que algo les roce. «La sorpresa es que, a pesar de ser tan primitivas, resultan depredadores tan eficaces como los peces, con tasas de capturas muy parecidas e incluso con un potencial similar para el crecimiento y la reproducción», dice el investigador.

Más volumen
El equipo de Acuña cree haber encontrado una explicación al misterio. «Es posible que el incremento en la tasa de depredación se deba a un aumento en la superficie del cuerpo de la medusa», explica el autor del estudio. Las medusas incrementaron el agua en sus cuerpos y adquirieron más volumen, una ventaja que al mismo tiempo las ha hecho más lentas. «Para entender qué cantidad de agua existe en sus cuerpos podemos decir que si a una medusa del tamaño de una casa se le quitara el agua, ocuparía lo mismo que un coche». Comparado con un pez o incluso con un ser humano, la proporción de kilos de carbono por metro cúbico en el cuerpo de este animal es de cien a uno y medio.

Su capacidad para la depredación y el bajo coste de energía que esto le supone al dejarse llevar a la deriva en vez de nadar activamente, pueden ayudar a las medusas a convertirse en una criatura predominante en los mares. «Algunos explican el aumento de la población de medusas por el calentamiento global, aunque este punto no está claro. Si es así, tenemos poco que hacer para solucionar el problema», dice Acuña. «Sin embargo, lo que sí está claro es que la sobreexplotación pesquera y la contaminación han permitido que las medusas reemplazaran a los peces en algunas zonas, y eso sí depende de nosotros».

http://www.abc.es/20110915/ciencia/a...109151659.html