Un texto estupendo !!!

MIÉRCOLES, 22 DE ABRIL DE 2015
EL CORAJE ES DE VALIENTES

Domingo Amposta reunió una manifestación de ebrenses que, para otros ebrenses, nos quedaba a millones de kilómetros. De hecho, entre unos y otros era un mundo, una vía láctea, un universo de separación. 'Sí a los toros!' era el lema, un lema equívoco porque parece que va a favor de las bestias, cuando es evidente que los va en contra. Si no, cambie 'toros' por su nombre de pila, o por el nombre de su perro, y verá como el bonito mensaje, por lo que no dice, deviene una pesadilla.

'Sí a los toros!' es como aquellos rótulos de las carnicerías donde un cerdo o una ternera te invitan a entrar, sonrientes. Para ajustarse a la lógica, falta un complemento básico: la verdad. 'Sí al maltrato de los toros!' o 'Sí al sadismo con los toros!' serían opciones plausibles, como también la más general: 'Sí a obligar a los toros a hacer lo que no quieren hacer', que incluso la entendería un niño de P3. Pero en las manifestaciones a favor del maltrato animal, nunca veremos pancartas completas ni explícitas, porque el primer punto de los pro-maltrato es negar siempre, siempre, que haya maltrato.

El lema de 'Sí a los toros!', Con su incompletitud, oculta la realidad de que los pro-maltrato afanan para esconderse en ellos mismos. Tenemos, para entendernos, una gente que disfruta asustando, estresante, traumatizante, hiriendo, ligando, quemando, fatigante, punzante o ahogando un toro, y que lo niega. Esta negación les hace buscar los subterfugios para no reconocer un disfrute insano en su persona. Y no sólo eso, sino que pretenden que su percepción irracional imponga por encima de los hechos empíricos: yo no lo veo así, por lo tanto esto no ocurre. Un desajuste que, sopla, desespera los de la esquina de la razón.
La sabiduría popular dice, de manera más o menos afortunada, que no hay peor ciego que quien no quiere ver. Aplicado a las carencias de verdad, las que son nocivas, no hay peor maltratador que quien no reconoce que lo es. Podríamos pedir a alguien pro-crueldad: Usted disfruta, estresante una bestia ?, para ponernos suaves, y enseguida te saltará a la yugular con el subterfugio que siempre se ha hecho y es una tradición. A usted le gusta, cagar agachado? Oh, oh, doscientos mil años que se ha hecho me avalan, es una tradición! Y la que hace más gracia, de alguien a quien el sufrimiento de un toro le importa una mierda: El toro no sufre. ' Veamos si nos entendemos: como si le quieren poner un collar de flores; las bestias, en las fiestas de la gente, no tienen que joder nada. Pero de eso ya hablaremos en 2023.

Del mismo modo, dejádmelo decir, los políticos cobardes de este país nuestro, quienes abolieron las corridas de toros pero se acojonar con el maltrato de los toros, se excusan que [la crueldad animal] es una lo que se perderá sola, que las nuevas generaciones ya no lo tolerarán. 'Crueldad animal' lo he insertado yo porque estos cagados no tienen coraje de decirlo, porque es explicar demasiado, porque es ser demasiado claro, como con la pancarta que decíamos antes. Ellos cuentan votos a favor de la crueldad animal y cuentan votos en contra, y si en el Ebro salen más a favor, ellos votan a favor. Los pro-crueldad animal puede estar contentos: tiene los políticos que se merece.
Decíamos que el coraje es de valientes, y hoy no hemos hablado de valientes. Hemos hablado de gente que se refugian en palabras tapadera como 'tradición', 'fiesta' y 'cultura' para no tener que admitir que sólo son crueles. Toda la valentía que ponen a defender su 'tradición', palabra blanca y luminosa, les falta a la hora de reconocer las propias sombras y oscuridades. En este pequeño agujero, si fuera de vergüenza, habría esperanza. Como en aquella pancarta a medias -'Sí los toros! '- que no quiere decir todo.

Marta Rojals

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