Una sentencia obliga a la Generalitat a abrir expediente sancionador por la organización de 'bous al mar' en L'Ampolla
8-9-2014
El juez considera que la celebración del acto taurino en una plaza abierta en el puerto, la participación de menores y los posibles daños a los animales vulneran la ley
Se trata de uno de los primeros casos desde la entrada en vigor de la ley de 2010 que un juez enmienda la plana al Gobierno en la controversia sobre la efectividad y el alcance sancionador de los expedientes que denuncian los animalistas. Considera "no ajustado a derecho" el cierre del expediente informativo por parte de la dirección general dependiente del Departamento de Interior en las Tierras del Ebro sin la apertura de un sancionador que tenga presente los diversos elementos y pruebas aportados por estas entidades. "Es suficiente con indicios o circunstancias que apunten a los hechos susceptibles de sanción para que el procedimiento tenga que abrir", subraya la sentencia. En este caso, para el juez de Tarragona el solo hecho de que la actividad organizada no esté incluida en el artículo 4 de la ley de 2010 que regula los actos con toros, justifica la apertura del expediente sancionador. Concretamente, el artículo hace referencia a las diferentes modalidades admitidas por la ley. "Por muy tradicional que pueda ser, entra aparentemente en contradicción con la norma reguladora, que expresamente prohíbe y sanciona la realización de modalidades de espectáculos taurinos no previstos", argumenta. Éste, de hecho, era uno de los principales argumentos de Actyma. "Es una modalidad fraudulenta", recuerda su vicepresidente, Luis Altés. En este caso, la plaza no sólo se encontraba abierta sino que desembocar en las aguas del puerto, donde el animal se acababa precipitando. Esta, recuerda Altés, es una diferencia importante respecto a los 'toros de playa' de otros lugares, en los que el animal puede entrar de forma progresiva en el mar. En el caso de la Ampolla, una vez en el agua el animal debía ser 'rescatado' por miembros de la organización en una barca. "En la recogida, por muy bien que la hagan, se acaba maltratando", indica. Por si fuera poco, la sentencia también reconoce que varios menores participaron activamente en estas operaciones de salvamento, y no sólo se encontraban en la plaza como simples espectadores. Una práctica "sancionable" de acuerdo con la ley vigente-que prohíbe la participación de menores-y que, por sí misma, aduce, ya resultaría más que justificada la apertura del expediente. Adicionalmente, a pesar de no poder determinar si los animales sufrieron lesiones, el juez considera que podrían haber tenido lugar y critica la actuación de la Generalitat basándose en el reconocimiento previo de la veterinaria como una forma sesgada de esquivar la cuestión. En este sentido, le insta a investigar los posibles daños dentro del expediente. Los animalistas denuncian el uso de palos para espolear a los animales. Ante la sentencia, Altés ha mostrado tajante y ha reclamado a la Generalitat que cumpla la ley de forma estricta, prohibiendo este tipo de modalidades no incluidas en la ley, después de que la entidad haya sido denunciando infructuosamente el caso desde el pasado 2010, con el cierre de los expedientes informativos sin llegar a las sanciones. "La Generalitat no puede no abrir expediente sancionador. El Ayuntamiento pide permiso y la Generalitat lo otorga", recuerda. Pese a ello, el juez sólo estima parcialmente el recurso de Actyma, que reclamaba también la imposición de denuncias contra el Ayuntamiento de la Ampolla y la comisión de toros como organizadores y encargados de controlar el acto. Así, recuerda que, de producirse las sanciones, éstas deberán ser impuestas por la propia Generalitat, sin perjuicio de un control judicial posterior. "Si no cumple la ley, pediremos sanciones para la Generalitat", ha cerrado Altés.
http://www.lavanguardia.com/local/ta...e-bous-al.html
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Correbous. Las víctimas de la mafia taurófila
08 de Septiembre de 2014, por Toni Teixidó
El pasado 16 de agosto, en la Aldea, fui víctima de la autodefensa de un toro. Alicantino es el nombre. Él fue la víctima original, y como sujeto central del linchamiento que fue, eso le exime de toda la culpa que tienen, en exclusiva, los aficionados al sadismo de dentro y fuera de las APCTTE (1) y los gobiernos de los ayuntamientos y Parlamentos de los PPCC cuando nos convierten en toros y humanos en carnada pública, en una especie de versión de gladiadores del siglo XXI, obligados a luchar por sus vidas en épocas de fiesta mayor y otras celebraciones de supuesta alegría y exaltación de la comunidad.
El Alicantino es uno de tantos esclavos, pero lo recordaré especialmente por haber sido él el que se vio obligado a procurarme una despeñada que me provocaron la pérdida del conocimiento, amnesia transitoria, traumatismos en las costillas y una fractura craneal que m 'obligó a permanecer hospitalizado una semana ya llevar, en adelante y durante 3 meses, un rígido collar ortopédico para preservar la total movilidad de mi cuello.
Quien no quiera polvo que no vaya a la era, dirán los cretinos del totsemenfotisme y del "algo habrá hecho". Será evidente que el toro fue el primero que no quería de polvo, y las que detestamos la tortura, las segundas. Por otro lado, el toro nació adoptando una forma diferente a la humana, es este su delito, y ante su maltrato notorio y consentido, las animalistas se ven obligadas a actuar para intentar pararlo. Esto es lo que hemos hecho unas y otras, y es por ello que las activistas corremos un doble riesgo, pues nos vemos obligadas a documentar de cerca porque aunque los hay que se atreven a decir que el toro no sufre si no ven sangre en imágenes amarillas y sensacionalistas. Llevamos cámaras ocultas, sin poder hacer zoom o disparar flash, y sólo acercándonos a él desde la arena se captan los detalles de los bramidos del toro escondidos por la charanga, la angustia, las fracturas en los cuernos, los cortes a la cara, las quemaduras en los ojos, el miedo, las violaciones del reglamento ... Sólo así la sociedad puede comprobar a ciencia cierta lo que siempre advertimos que sucede.
Me queda la buena sensación, al menos, haber provocado involuntariamente el indulto antes de tiempo del linchado, ahorrándole los 5 minutos de tormento que le debían quedar. Una de las primeras cosas por las que pregunté a las TES que me llevaban a la ambulancia cuando recobré el conocimiento fue por el estado del toro. Herido y dolorido como estaba aún podía empatizar más con él, y no podía parar de quejarse "... pobrecito, pobrecito". Los simpáticos TES dijeron que pobrecito yo, que estaba bastante grave, a lo que yo respondió que no, que la única víctima era él, el único que se encontraba allí contra su voluntad. También dijeron que me aplaudan, y no por haber hecho nada altruista, creativo o emotivo para la comunidad, sino por haber quedado inconsciente en el suelo después de la esperada parte violenta del espectáculo, la que desean los taurofòbics con un tímido barbotejament embolsado si el alcohol aún no ha hecho efecto, aquella que hace blanco humano de las embestidas de la víctima bovina. Sin malos ánimos, pero los aplausos los reintegro. Las únicas personas que merecen ser ovacionadas dentro del mundo de las tradiciones cuando quedan heridas son las castelleres; esto es digno valor y coraje.
Estoy de suerte y contento de estar vivo, otro traspaso a la plaza de torturas no hubiera servido para acabar con los correbous, no hubiera sido la primera ni, desgraciadamente, seré tampoco la última. A los PPCC, las personas gravemente heridas por la acción de autodefensa de los toros desde que se tienen datos ascienden a decenas de miles, y las muertes podrían sobrepasar el centenar. Sólo con datos del País Valenciano, de 2007 a 2013 murieron 22 personas, y 4.527 fueron heridas, un tercio de ellas quedando en estado vegetativo o bien con diferentes grados y tipos de parálisis permanente (2). Haga cuentas de los costes en sufrimiento y económicos a los que debemos hacer frente entre todas.
Los taurófilos que nos querrían muertas en la intimidad de su CLOFENT que no canten victoria, cuando me recupere volveré a bajar el próximo año y volveré a grabar para demostrar todos los incumplimientos y violaciones del reglamento y la ley. Ya advertí que en disfrutaran (3), que les queda muy poco, que yo no tengo miedo de sus amenazas, y mucho menos de los argumentos que creen tener.
Lo que me repugna de todo es recordar que para las diversas grabaciones efectuadas a los correbous, tuve que entrar en metamorfosis para no desentonar y poder infiltrarme en ese catàbasi, debiendo utilizar un lenguaje sexista, especista, grosero, de onomatopeya ganadera, lleno de gestos beligerantes y actitudes provocadoras, rodeado de testosterona andamio entre la vigorexia física y la flaqueza mental que caracterizan los cobardes de la arena, siempre escenificado y bien amenizado por las lumpen morales que animan el su escroto con piernas desde las gradas. Sí, en según qué celebraciones de nuestro país conviene no ser reconocido para evitar robos y agresiones físicas por parte de los aficionados, hay que proteger la fiesta de la tortura haciendo desaparecer toda prueba, escarmentando a quien osa documentarla y usarla con el objetivo de eliminar sus privilegios. Será por eso que la autoridad municipal siempre mira al cielo y el taurófilo al «forastero».
Resumiré lo que fue mi experiencia en esta primera fase de grabación y denuncia que nos encomendó la Coordinadora para esta temporada, efectuadas antes de mi hospitalización y donde destacaré, para no repetirme, dos poblaciones:
La Cava (Deltebre). Año 2014 tras nostresinyor y no encuentran ningún otro divertimento que hacer un desfile con vehículos variados, con bañador, sin camisetas y tirando agua a la gente. Era momento para zumbar los motores, hacer potentes aceleradas y frenadas mientras se bebía alcohol, sin ir ligados con el cinturones de seguridad; todos los conductores de motos sin casco, quizás para que no quedaran en el anonimato sus habilidades, satisfechos de lucir la pareja (siempre mujer) de paquete, como cuando se exhiben las cabezas de ganado, como si fueran objetos inertes, de propiedad . Aunque tener muchos números, por suerte nadie besó el asfalto ni esparció las vísceras aquella tarde. La policía municipal debió quedar sobrepasada y volvieron a mirar al cielo.
Así fueron pasando más de un centenar de «comparsas» que amenizaban la llegada del último automóvil, lo que arrastraba a las dos víctimas de aquella tarde dentro de un cajón que, previamente, dejaron secar al sol con un par de seres vivos sensibles en su interior durante buena parte del día. En la parte superior del remolque, un individuo con bermudas iba tirando petardos al aire. Y se hizo notar, también para llevar los retrovisores adornados con rojigualdas; supongo pues que por un momento los esclavistas de la ganadería F. Mansilla se debían excitar rememorando que entraban por otra Diagonal catalana.
Que me perdone quien me quiera perdonar, pero si tuviera que describir la sensación de lo que allí se reunía y haciendo uso de la odiosa generalización, en concluiría una multitud con una conducta leñeros por civilizar, abyecta, dejada de la mano de la razón, una madriguera de metafísicas estupefacientes. Pensaba que sólo me faltaba ver cómo se hacía «balconing» desde las terrazas, «mamading» en alguno de los bares, y alguna que otra violación en un arrozal apartado de alguna chica que no se hubiera leído el manual y hubiera provocado una catarsis sexual a la malagueña.
Ahora tocaba golpear el cajón, llamó vocales desparejados y esperar a que sacaran el primer toro de la jornada. Le siguió durante toda la ensogada. A los 5 minutos ya tenía el cuerno rota y perbocava sangre y una saliva espumada que se hubiera podido contar por litros. En el segundo toro ensogado que salió ya estaba exhausto y fue el turno de la activista que me acompañaba, él lo define como «ese acto de apropiación de la belleza y de imposición del propio deseo que es la violación, una violación colectiva »y nos lo relata así (4).
Mientras recobraba el aliento, recordaba las republicanas asesinadas por el fascismo y en cómo hubiera podido ser de diferente el panorama si se hubiera ganado la batalla del Ebro, también en relación con el execrable tradición de la tortura. Sinceramente, nunca había presenciado nada con tanto mal gusto, con un estilo festivo tan destartalado y arrugado.
Alcanar. Allí ya quedé profundamente impresionado desde el primer instante. Fue cuando vi desestabilizarse el remolque que mantenía cautivo el toro como consecuencia de las descargas eléctricas que le suelta para que saliera enfurecido. Una vez arrastrado violentamente por decenas de boyeros hacia la estaca, oí el bramido de aquel toro como nunca antes había escuchado ninguna, era esfareidor. Tenía los ojos horrorizados y fuera de órbita, perbocava sangre y saliva, con más que seguras pero indeterminables fisuras cervicales. Fue golpeado a los lomos y las piernas (piernas, si, sólo los objetos como las mesas tienen patas), fue estirado por la cola, hurgado en los ojos, golpeado con bastones y botellas de 2 litros llenas de arena, fabricadas por la ingeniero del pueblo y con una cuerda atada al cuello del EMBA para poder recuperar y volver a repetir la acción cada vez que el toro pasara por su lado. Gradas repletas de niños de preescolar, menores entrando y saliendo de los barrotes de la plaza ...
En la embolada para mujeres del día siguiente no podían faltar las agresiones sexuales, las que sufrió una de las compañeras que filmaban aquella noche, manoseada de arriba abajo con total impunidad mientras las emboladoras se dedicaban, con tan poca traza, que se tardó más de 2 minutos en cortar la cuerda, con siegas torpes que causaron secciones abiertas en la cabeza del toro. Aterrizado y con los cuernos en llamas corría para buscar la salida de aquella plaza que si que encontró una boyera de camino al hospital. Como era un toro cerril (salvaje) y comprado, esta sólo fue la segunda de las fases de su tortura, a la tercera le esperó una lenta y agónica muerte en el matadero.
«Guaita como se le escucha braolar», le dijo un hombre a su hijo- cuando se le acabaron las descargas eléctricas una vez de nuevo en la oscuridad del cajón. No, ya no eran gritos de miedo y dolor, nosotros sabíamos que lo que sentíamos entonces eran llantos de incomprensión y aflicción, como el llanto que nos acompañaron esa noche a las activistas que lo presenciaremos mientras desfèiem las sábanas después de no poder contener más la clandestina rabia.
En todos los casos se vulneró el reglamento, los dictámenes de la ONU y la ley catalana de protección animal. Todo ello está recogido, redactado y será denunciado, ahora, que yo me juego una tarde de cacería con el consejero Pelegrí a que, como siempre, el departamento archiva las denuncias.
Detesto como entiende y practica, esta minoría pro-tortura, las fiestas que he presenciado en las TE; son una aberración comparadas con la forma y sentir como se celebran el resto de las holguras populares, y no hay condescendencia ni discriminación porque lo diga un «forastero», soy tarraconense y por tanto no soy ebrense, pero no me hace falta para opinar y actuar, porque por encima de todo soy catalán, y no me gusta el sadismo, y menos en el corazón neurálgico de mi país. Hay que recordar que sólo en 35 de los 947 municipios que tiene la CAC (4%) se practica la tortura pública. Esta cifra sólo se incrementa si incluimos el global de los PPCC, encontrándonos con 321 de los 1.842 municipios (17%).
Y es que encima los ingenuos los taurófilos se piensan que son una especie de románticos Astérix y Obélix que salvaguardan las costumbres y tradiciones ancestrales de los PPCC ... Tener ilusiones está bien, pero la realidad es que la mayoría de ebrencas y demás catalanas sólo vemos una enfermiza y delirante viñeta de Ortega y Pacheco (5) que tienen por misión realizar un programa de fiestas por encargo del Cletus o la Brandine (6) de la concejalía municipal de turno (y que conste que el calificativo de paja lo encuentro simpático e instructivo si va acompañado de buenos sentimientos y acciones, pues no es su caso).
Por todo lo que presencié, me repugna el éxito de un sistema que invierte millones en recursos para estupidizante una clase trabajadora que todavía, en buena parte, martiriza a los débiles y admira a ignorantes y poderosos, vacías unidades de consumo que no claudicarán en llenarlo todo de mierda, desperdicios y regueralls de sangre a su paso para justificar su hedonista y finisecular existencia contra el progreso moral.
Recuperando el Alicantino tengo que decir que según sus explotadores está vivo, y está en primer lugar porque es de alquiler, y segundo porque es un luchador por su vida, por lo tanto, esto da dinero y espectáculo. Es rápido y vivaz, pronto sabrá que cuando golpee alguno de los humanos que por allí corren, se le acabará el tormento del fuego. Como todos los animales, la quiero, y me hace difícil desearle que deje de ser rentable o que lo siga siendo, desgraciadamente todos los caminos le conducirán a ser asesinado, el más largo de todos, Cornejo personas cada vez que la obliguen a ser torturado en público.
Termino para dar las gracias a las profesionales de la Salud que hicieron bien su trabajo en estos momentos de manifiesta precariedad. En especial a mis compañeras de militancia: el narrador compulsivo de la Huerta para estar allí en todo momento y, sobre todo, a la guerrillera del Campo, ejemplo de lo que es una verdadera amiga y camarada.
Toni Teixidó es maestro, militante de la CUP de Tarragona, de la Plataforma Iniciativa Animalista (PIA) y coportavoz de la Coordinadora por la Abolición de los Encierros de Cataluña (CAC).
http://reusdigital.cat/noticies/corr...afia-taurofila