Bueno, volviendo al tema.
Me parecen interesantísimas todas las aportaciones de
Crisha.
Sin embargo, hay algo que no comprendo, o que comprendo demasiado bien, y que está en la raíz de mi modo de abordar el asunto que nos ocupa:
Crisha habla del peligro de sentar cátedra, pero relata infinidad de temas en los que, según su rotunda opinión (acertada, estimo), muchísima gente en este foro se explaya sin preparación suficiente.
Es decir,
Crisha sienta cátedra sobre la falta de preparación de muchos foreros para hablar de ciertas cuestiones. Y yo estoy de acuerdo con ella. Pero
Crisha sienta cátedra a la vez que alerta del peligro de sentar cátedra.
Ése es el gran problema en este asunto: ¿quién determina quién está preparado para afirmar según qué cosas y quién no lo está para hablar de según qué temas?
Yo me siento preparado para sentar cátedra sobre determinadas cuestiones. Y jamás opino en temas que no domino. Puedo equivocarme, y algunas veces lo hago, y entonces rectifico, pero es evidente que me gusta sentar cátedra. Y también me gusta decir que ciertas afirmaciones son peligrosas. Porque soy experto en ciertos temas y considero peligrosas según qué cosas.
El problema, con todo, vuelve a ser el mismo: ¿quién me otorga a mí el título para sentar cátedra?
¿Quién determina qué opiniones son peligrosas?
(Si la respuesta acertada no es "la humildad o la continencia verbal de cada uno", entonces la única posible es, a mi entender, "la moderación").
¡Salud!