Tooooooodo el mundo sabe que por un bofetón ( hasta la madre que estiro del brazo a su hijo) no va a la carcel por muy mal hecho que esté. Todo el mundo en edad adulta, claro!
Claramente sí.
El bofetón puntual, puede interpretarse como un momento en que padre o madre, han perdido los nervios. Eso sí, siendo puntual. Pero lo otro, yo entiendo que no tiene defensa posible.
Y si es en el ámbito familiar es violencia doméstica, no?. Lo digo por esto:
"Desde que la madre fue condenada, y luego indultada, a 67 días de cárcel y un año y 67 días de alejamiento del menor por darle una bofetada para reprenderle porque no hacía los deberes" "Me amenaza con que iré a la cárcel si le vuelvo a pegar"
http://elpais.com/diario/2010/01/31/...25_850215.html
No he leído la noticia pq no tengo tiempo. Pero avanzo que pena de prisión de 67 dias no es ir a prisión. Que obviamente, ahí habría algo más fijo. Otra cosa es que en los medios, no se cuente todo, que también agrada.
Después leo y si tengo algo que decir, lo digo.
Añadir también que hay que ir con pies de plomo, que en absoluto comparto ni defiendo el bofetón ni el grito. Actitudes violentas, no educan sino humillan.
Pensé que te acordarías de esa noticia, porque tuvo mucho eco. No hubo más, fue un bofetón con la mala suerte de:
"Una tarde, María del Saliente perdió los nervios y le dio un cachete a su hijo, con tan mala fortuna que éste se golpeó en el lavabo y sangró por la nariz. Al día siguiente, en el colegio advirtieron las secuelas de la herida y se activó un protocolo que desembocó en la condena a la madre."
"Ahora se ha sabido que el menor, consciente de que su madre no puede tocarle si no quiere acabar en la cárcel (ahora sí tiene antecedentes), se volvió si cabe más rebelde."
Todo el mundo puede perder los nervios y dar una bofetada. A tu hijo, a tu amigo, a tu pareja. Evidentemente lo lógico es pedir perdón luego y admitir el error, y que no se convierta en costumbre. Aun así, es curioso que si pegas a tu mujer, es violencia de género, y si pegas a tu hijo, es «educación».
Personalmente sólo he dado una bofetada en toda mi vida, cuando tenía quince años, a una chica que me tocó las narices sobremanera. No puedo decir que jamás lo volveré a hacer, pero desde luego intentaré que así sea. La violencia es humillante, y no sólo la física, claro.