Ojo, que aquí estás confundiendo alto rendimiento escolar con las altas capacidades de las que hablábamos. Un niño de altas capacidades pueden tener buenas notas, medias, malas, y pésimas. Vamos, que son "categorías ontológicas" diferentes...
Lo que quiero decir es que una cosa es "marginar" por las capacidades (sean éstas altas o bajas) y otra por el rendimiento escolar (en el caso que tú indicas, por sacar notas justitas). Pero son dos cosas diferentes, una es por cómo eres, otra por qué notas obtienes.
Ya he empezado a echar un ojo, aunque la peli tendrá que esperar hasta la noche, que ahora tengo lío. Muchas gracias!
Cuando habláis de seis y sietes os referís a las notas ¿no? Si es así yo no estoy de acuerdo, en mi clase los que nos llevábamos las collejas éramos yo (nota más bien alta) y otro chaval que suspendía casi todo. Los abusones eran también tanto de notas bajas como altas, aunque los de bajas eran los peores.
En cuanto a lo de la sobreprotección, entiendo perfectamente que sea difícil o casi imposible no caer en ella.
Ahora que lo dices, creo que yo lo estoy mezclando también. No porque yo fuera de altas capacidades (que va a ser que no) pero sí por otras cosas que era/soy, aparte de las notas que obtenía.
Sí, a ver. No me refería a la nota escolar o al fracaso escolar de un superdotado. Me refería a los medianos, ni p'arriba ni p'abajo, ni muy listos ni muy torpes. Puse el número para que se me entendiera. Me refiero a esos niños medianitos de los que se podría sacar más, de los que se podrían potenciar muchas aptitudes y que, como no crujen ni mugen, están ahí, sin existir. A los de altas capacidades, aunque sean fracaso escolar, se les detecta. Ahora. A los de bajas, también.
Estoy de acuerdo en que los niños de capacidad media son los marginados. Los que no van a ser nadie y por tanto no hay que estimular ni nada. Con que aprendan para que trabajen es suficiente.
Como ex-niño y ahora, adolescente, puedo decir que no guardo un buen recuerdo del período educativo. Creo que sólo hubo un año donde más o menos logré "adaptarme" entre toda aquella pluralidad de individuos que me eran tan ajenos y extraños. Y fracasó. Es inútil. A los doce años leía libros de Química básica y varios profesores estaban encantados conmigo por los "conocimientos" que tenía y que no se esperan de alguien de mi edad (o algo así). Los demás jóvenes se burlaban rodeándome y haciéndome preguntas muy tontas para demostrar "conocimientos". Si una vez me pegaron atrás, en la cabeza. Como exhibía comportamientos extraños, varios me evitaban, algunas chicas jugaban conmigo fingiendo ser mis novias, y se reían en grupos. De ahí aprendí que nadie se sentiría atraído jamás por mí. Si hasta cuando estaba cursando el último año, los niños de doce y trece también se burlaban, y en unas ocasiones me arrojaron basura. Yo sí encontré un amigo al que también le hacían las mismas cosas y que tampoco sentía el apoyo de sus padres. Se reían de nosotros diciendo que éramos novios y esas cosas. Según él, nadie quería estar conmigo por tres razones: por "marica", por "loco" y por "comelibros".
Pero la biblioteca siempre fue un extraordinario refugio del mundo. Ahí no sentía ansiedad ni me daban crisis de llanto, ni donde quería matarme, y aunque me sentía agotado y nada me importaba, aquellos libros siempre han sido una salvación.
Yo empecé con los cortes más tarde, la conducta autolesiva que mostraba era ahorcarme con una cadena.
Y tampoco tenía buen promedio académico, y uno de mis profesores de Matemáticas no me dejaba responder para darle oportunidad a los otros.
"De ahí aprendí que nadie se sentiría atraído jamás por mí".
Juas.
No tienes ni idea de lo que dices.
Te debo un privado. Pero es largo y coñazo de explicar.