Científicos valencianos han creado un sistema que permite interpretar los sonidos que emiten las ballenas belugas, con el objetivo de conocer el bienestar de estos cetáceos y sus sensaciones en cada momento, basándose en técnicas de procesado digital de señal similares a las que se aplican a la telefonía.

Según ha podido comprobar EFE, el equipo de Departamento de Investigación del Oceanogràfic de Valencia y del Instituto de Telecomunicaciones y Aplicaciones Multimedia (ITEAM) de la Universitat Politècnica de València (UPV) han desarrollado un avanzado algoritmo de vocalizaciones que, a través del uso de un hidrófono, capta los sonidos de las belugas.

La tasa de vocalizaciones que emiten los cetáceos está estrechamente relacionada con su bienestar en el acuario, según pudieron comprobar desde el Oceanogràfic al monotorizar los sonidos de las dos belugas del parque en distintas condiciones.

Según ha comentado a EFE el responsable de investigación del Oceanogràfic, José Antonio Esteban, "una tasa normal (de vocalizaciones) indica que el animal está agusto en el acuario, y cuando existe algún problema, la tasa de emisión de sonidos disminuye".

De hecho, en situaciones como la manipulación veterinaria, la separación de crías o el transporte y cambio de ubicación, según han podido constatar, la tasa de emisión de sonidos de los cetáceos disminuía.

"A través de este sistema, lo que podemos hacer es medir esa tasa de forma automática. De manera que podemos saber si el animal se encuentra agusto o tiene algún problema dentro del acuario", ha destacado Esteban.

Sin embargo, este proyecto no sólo se realiza para el bienestar de los animales, ya que, según ha comentado Esteban, también sirve para conocer un poco más de la acústica de estos en la naturaleza.

"Es imposible prácticamente tener un repertorio acústico de los animales en la naturaleza y relacionarlo con el comportamiento. Aquí lo tenemos", ha afirmado.

El sistema funciona "en tiempo real, durante las veinticuatro horas del día", tal y como ha detallado el investigador jefe de la UPV, Ramón Miralles, quien ha apuntado que el mecanismo que utilizan les proporciona "un indicador, que es la tasa de vocalizaciones por hora", que clasifica los distintos sonidos de acuerdo a una serie de categorías establecidas previamente por los biólogos del Oceanogràfic.

"El beneficio principal es que el sistema permite una motorización continuada, con lo cual se pueden diseñar experiencias mucho más sofisticadas que permitan conocer al animal, los tipos de sonidos que emiten, ver nuevos sonidos y a qué categorías o comportamiento están asociadas", ha explicado Miralles.

Para llevar a cabo estas investigaciones, desde la UPV han explicado que utilizan técnicas de procesado digital de señal similares a las de la telefonía y a las de reconocimiento de la voz humana, pero, en este caso, aplicadas a las ballenas belugas.

Las belugas emiten dos tipos de sonidos: los pulsados, que son los relacionados con la ecolocalización, la orientación del medio y la detección de presas; y otros más tonales, como silbidos y chasquidos, más relacionados con la comunicación.

El objetivo del sistema pretende salir del Oceanogràfic y aplicarlo en mar abierto, conociendo cómo sienten los cetáceos la contaminación acústica.

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