Ayer, en la web de la Asociación La Xana, que es la protectora de mi ciudad, leí un llamamiento desesperado de una chica que necesitaba una casa de acogida para un gatín de un mes.
Consulté con mis hijos y aceptamos tenerlo. Una preciosidad rubia de pelo largo, ronroneador y cariñoso.
La chica que nos lo trajo me advirtió que tenía diarrea, y que ella lo achacaba al desparasitador interno que le había dado. Al rato de llegar le dimos de comer y vimos que efectivamente tenía diarrea. Como a las 3 horas volvió a hacer cacas muy blandas pero se le veía contento y espabilado.
Luego se durmió y lo abrigamos muy bien, en una cajita de zapatos con unas toallas.
Pues esta mañana estaba muerto en su cajita
Tenemos un disgusto...
Este era el pobre Juanito, parece más grande de lo que era, cabía en el hueco de la mano.