Lo que viene a continuación es un texto laaaaargo. No te preocupes, te doy permiso para que le des al botoncito de volver atrás:corre:. Pero lo que aquí voy a contar no es algo que pase habitualmente en la vida de un vegetariano, es un caso muy atípico, así que si te apetece cotillear un poco sigue leyendo…….
A finales del año pasado terminé mi segunda carrera universitaria. Lo de estudiar una segunda carrera fue porque ya de treintañero descubrí mi verdadera vocación y decidí dejar la empresa en la que llevaba seis años trabajando para volver a la vida de estudiante. Así que me puse a estudiar ingeniería forestal con la idea de hacer de la protección de la naturaleza, y en especial de los bosques y seres que viven en ellos, mi profesión. Me gustaron mucho la mayoría de asignaturas por lo que desde el primer momento tuve la sensación de haber tomado la decisión correcta.
Después de casi un año buscando y buscando por fin he encontrado un trabajo, y además un buen trabajo......a priori.
Os cuento. Es un puesto como director técnico de una pequeña organización sin ánimo de lucro que tiene como objetivo compatibilizar el desarrollo económico de las zonas rurales de España (evitando la pérdida de población tan fuerte que hay en muchas zonas) con la conservación de la naturaleza. Más concretamente está centrado en la dehesa, fomentando un aprovechamiento ecológico y sostenible de los recursos que ésta ofrece al tiempo que busca fórmulas para mejorar la biodiversidad en estos lugares.
Hasta ahí suena muy chulo, ¿verdad?
Condición necesaria de este trabajo es vivir en la finca donde la organización tiene su sede y oficinas, que es una dehesa de encinas y alcornoques bastante grande. Parte de mi trabajo será de oficina: elaboración y gestión de proyectos medioambientales, solicitud de subvenciones, todo el papeleo relacionado con el ganado, etc. Pero al mismo tiempo tengo que ayudar a los dos trabajadores de la finca a mi cargo en trabajos manuales: cuidado del ganado y del mantenimiento de las infraestructuras de la finca. También hay becarios realizando trabajos, y bueno, hay que darse muchas vueltas por el campo para supervisar que todo se hace bien y detectar cualquier incidencia que pueda aparecer (por ejemplo una plaga que afecte a los árboles) para ponerle remedio.
En definitiva, para mí el trabajo ideal……bueno, hay un pero….he mencionado el ganado….Efectivamente hay ganado en la finca. ¿Y dónde acaba siempre el ganado? Exacto, en el matadero....
Ya he dicho que esta “empresa” no tiene ánimo de lucro, pero para la puesta en funcionamiento de los proyectos, pagar las nóminas de sus trabajadores, etc. necesita financiación, parte de la cual procede de subvenciones y el resto de autofinanciación. En esta dehesa la principal fuente de ingresos es la ganadería ecológica, es decir, animales en extensivo pastando lo que ofrece la dehesa con suplementación a base de piensos ecológicos y medicación únicamente en caso de enfermedad.
El día de mi entrevista dejé bien claro que soy vegetariano y mis motivos, a pesar de ello estaban muy interesados en mis servicios así que finalmente acepté. Pensé que como a corto y medio plazo la gente no va a dejar de comer carne por lo menos por cada animal criado aquí al aire libre se evita que un animal sea criado en una granja industrial. Y si los jefes no ven problema en mi vegetarianismo será que no me iba a enfrentar a situaciones “delicadas”.
Mi contrato empieza en septiembre (aún no lo he firmado) pero ya he empezado el aprendizaje con la persona que va a dejar el puesto. En estos días me tiene que transmitir sus conocimientos en la medida que pueda ya que son un montón de cosas las que hay que llevar. El día que me explicó las gestiones a realizar para la venta de los animales una vez alcancen el peso, la llegada del camión para llevárselos al matadero…uuuuf:eing:, se me hacía un enorme nudo en el estómago. Durante estos días ya me han surgido enormes dudas varias veces. ¿Renuncio antes de empezar? Esta persona me dijo que el día que viene el camión para llevarse a los animales es un día alegre porque ves los frutos de tu trabajo, como cuando recoges la cosecha del huerto. Me salió espontáneamente “Creo que para mí será un día triste, sabiendo hacia donde van esos animales”. Me miró asombrado y me dijo “yo nunca pienso hacia dónde van”.
¿Vosotros que pensáis? Supongo que la mayoría me dirá que lo deje. Pero después de darle muchas vueltas creo que no me tengo que sentir culpable por enviar a esos animales al matadero. No creo que haya más culpabilidad en mi acción que la de una cajera de supermercado que pasa una bandeja de pechuga de pollo por el lector de código de barras. Lo que pasa es que en mi caso va a haber un contacto visual con el animal vivo, lo que me supondrá un fuerte estrés emocional (con la bandeja de pollo no ocurre eso). Realmente el verdadero y único culpable no soy yo ni la cajera, sino la persona que compra el producto….no, ni siquiera esa persona, sino la que se lleva el tenedor con el trozo de carne a la boca.
Son extrañas sensaciones las que tengo estos días. En mi interior no paro de maldecir a toda la gente que come carne. Espero que se me pase pronto.
Por otro lado pienso que mi ubicación en el corazón mismo de una explotación ganadera, a pesar de que me va a hacer pasarlo mal, puede ser un lugar privilegiado para hacer activismo a favor de la causa vegetariana (ya tengo alguna idea, pero tengo que desarrollarla). Y también puedo ayudar a que los animales que están a mi cargo lleven la mejor vida posible hasta su final. Eso sí, siempre tendré que mirar por los intereses de la empresa que me ha contratado. No me puedo negar al sacrificio de los animales igual que la cajera del supermercado no se puede negar a pasar por caja trozos de animales.
No mola nada pasarlo mal en tu trabajo pero he de reconocer que también tiene otras partes muy estimulantes. ¿Existe el trabajo perfecto? Me estoy acordando muchas veces del trabajo de voluntarios de refugios (mi madre lo es), un trabajo donde se sufre un montón, se ve lo peor de los seres humanos, y sin embargo allí está esa gente estupenda, al pie del cañón, a pesar de los malos ratos, ayudando a pobres perros y gatos maltratados y abandonados. Quizás debo enfocarlo de esa manera; y un vegetariano en una explotación ganadera también puede ayudar, al menos dando cariño a los animales que allí se crían, y no mirar tanto lo económico sino inclinar más la balanza hacia el bienestar animal (que en la ganadería eco se inclina mucho más que en la intensiva industrial pero todo se puede mejorar).
En fin, no tengo ni idea de cómo me va a ir esta aventura. He pensado usar este topic un poco a modo de diario (igual debería crear un blog para ello, pero no creo que tenga tiempo y confieso que no tengo ni idea de blogs).
Se aceptan críticas, ánimos, sugerencias y preguntas.
Abrazos.