Concentración contra a feira taurina da Coruña
Hora
Sábado, 06 de Agosto · 19:00 - 22:00
Lugar
A Coruña
Plaza de María Pita
Coma todolos veráns na cidade da Coruña temos o bochornoso espectáculo en Agosto de 3 días de tortura, sangue, prepotencia, insensibilidade, ignorancia e nula bondade apoiado por miles de persoas
Para todos os que pensamos que a tauromafia non nos representa, queremos que sexa abolida e non queremos q esta actividade sexa subvencionda co noso diñeiro, invítovos a participar na concentración deste ano.
O ano pasado por esperar a qu...e algunha organización a convocase, a convocamos poucos dias antes da matanza. Por iso, este ano queremos facela con tempo, o evento será tamén para difundir, expoñer ideas para a mani e exposicions antitaurinas en xeral. Confirmación de asistencia veridica, por favor!!!
E pouco mais, o que vaia surxindo xa o poñemos no taboleiro.
Para que a cultura non sexa a tortura!!
Muchos pensamos que las corridas de toros son una práctica inhumana, que no tiene cabida en nuestra sociedad. Aquí se rebaten 10 de los más típicos “argumentos” que suelen esgrimir los enfermos que disfrutan con esta crueldad innecesaria:
1. ”La corrida de toros es un deporte” La definición de deporte según la RAE: “actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujección a normas”; hasta aquí podríamos estar de acuerdo. Pero, decir que el toreo es un deporte de competencia igualitaria entre dos rivales es falso, pues esta condición no se cumple. Los sucesivos escándalos por el afeitamiento de los toros (cortar o limar la punta de los cuernos al toro para que su lidia resulte menos peligrosa) o las investigaciones que han dejado ver la manera en que los toros son preparados para la corrida en toriles echan por tierra una afirmación como que el enfrentamiento se da entre dos rivales en iguales condiciones. Hoy una corrida de toros es un espectáculo de engaño y falsedad, donde los matadores se enfrentan a un animal completamente minado en sus facultades físicas mediante el cansancio y el dolor.
2. ”Los toros son una tradición, y las tradiciones hay que mantenerlas” ¿Desde cuándo las apologías de la violencia y la destrucción son dignas de perpetuamiento histórico? Tradiciones como la ablación femenina o la esclavitud -que aún persisten hoy en día- nos horrorizan … ¿por qué no una tradición cruel y sádica como la “fiesta” de los toros? Porque se trata de animales, seres autómatas para algunos, o medios al servicio de los fines humanos, para otros. Las tradiciones sustentadas en la violencia y el aniquilamiento no hacen más que perpetuar estos comportamientos como dignos de práctica y seguimiento: si podemos matar un animal, ¿por qué no podremos matar también a nuestro enemigo político, o a todo aquel contra el que nuestras diferencias se vuelquen? Las tradiciones deben ser soporte de lo que nos define y construye, pero también de lo que esperamos en el futuro. La pretendida racionalidad de nuestras sociedades y los nobles objetivos pacíficos en el mundo están amenazados si dejamos que este tipo de tradiciones sean fundamento formativo de las nuevas generaciones.
3. ”Las corridas de toros son un arte” El arte es un proceso de creación y construcción, que da vida, no la quita. Como interpretación de una representación mental, algunos autores han definido al toreo como seductor, en tanto niega lo absurdo y trágico de la muerte humana, trascendiendo y humillando la animalidad del toro. Para Hilda Salmerón, el toro le recuerda al hombre la angustia por lo limitado de su naturaleza animal, y se proyecta en una superioridad simulada ideando instrumentos de tortura y lidiando al toro con ellas a través de las diferentes suertes o lances de la corrida. Con ello, el torero representa la trascendencia a su propia condición mortal, a su propia condición animal. Sin embargo, lo que sucede no es el enfrentamiento de toro con torero, sino un animal contra el arsenal del torero. Éste destruye y aniquila, en búsqueda de la ansiada “inmortalidad” que consigue efímeramente bajo el disfraz de la fama, de salir por la puerta grande y del premio de las orejas y/o la cola de un pobre animal que ha sido la víctima de la farsa. Este arte no construye ni da valor. Antes bien, destruye todo lo enaltecedor del arte para la vida humana.
4. ”El toro muere dignamente” La dignidad es un valor y una categoría construida por los humanos para simbolizarnos cosas. Pero aquí es utilizada para describir desde la perspectiva del toro lo que la muerte simboliza(ría) para él. Para un animal como el toro, el dolor es el dolor y la muerte es la muerte, no son dignas ni indignas. La muerte es el fin de su vida. Y mientras más rápido y de golpe suceda, mejor —al menos, esa sería para los humanos una muerte ideal. Para un toro, la corrida es la muerte inminente; porque se diga o no, toro que pisa la arena termina en la sala de despiece (aún los indultados, pues tras irse a la dehesa la mayoría muere por las heridas recibidas). ¿Es digna una muerte lenta, dolorosa, torturante, asfixiante? ¿Una muerte en la que un toro es obligado a someterse a las torturas de un equipo de sádicos que dicen amar y respetar a los toros? (me imagino que los aman como una quimera y un ideal; si no, no me explico la tortura a la que someten a cada ejemplar en la arena). Eso no es dignidad.
5. ”Los toros son cultura” En 1980, la UNESCO, máxima autoridad mundial en materia de cultura, emitió su opinión al respecto: “La tauromaquia es el malhadado y venal arte de torturar y matar animales en público y según unas reglas. Traumatiza a los niños y a los adultos sensibles. Agrava el estado de los neurópatas atraídos por estos espectáculos. Desnaturaliza la relación entre el hombre y el animal. En ello, constituye un desafío mayor a la moral, la educación, la ciencia y la cultura”. La cultura entendida según la RAE como “conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.” sólo será constructiva y válida mientras apueste por dar valor al ser humano, transformarlo en un ser más sensible, más inteligente, y más civilizado. La crueldad que humilla -a humanos o animales- y destruye por el dolor jamás se podrá considerar cultura. Esas sólo serán costumbres odiosas contra el mundo y contra sí mismos. Aún así, la AIT (Asoc. Internacional de Tauromaquia) ha pedido a la UNESCO que la tauromaquia sea considerada parte de los “Bienes Intangibles del Patrimonio de la Humanidad”. Sólo si la violencia, la crueldad y la barbarie son consideradas “Patrimonio de la Humanidad”, esta petición podrá ser aceptada.