Vaya chasco el de ayer. Llegamos al vegetariano, Luna Nouva, y resulta que no nos quisieron atender porque no teníamos una tarjeta que costaba 6 euros. Les explicamos que estabamos de vacaciones, que ese era el único vegetariano en la ciudad y que no volveríamos. Nada, me quedé con una decepción enorme. Por muy sociedad que sean, yo he estado en ciudades como Lisboa donde se puede comer aunque seas turista. Desde luego, vaya atraso el de los italianos....