Hola, tengo ganas de compartir con vosotros esta experiencia bonita: Ayer después del trabajo estaba sentada con una guía en un parque y vimos un ericito. Uno pequeñito que todavía no ha aprendido a tener el miedo. En vez de esconderse entre sus aguijones se acercaba a las manos tanto cuanto podía y hasta me subió al pie, jeje. Cariñito.