El domingo 8 de mayo de 2011 activistas de Igualdad Animal entraron en un mitin de Esperanza Aguirre elevando consignas contra la tauromaquia y es que, recientemente y como acción revanchista contra la prohibición en Cataluña de las corridas de toros, el gobierno madrileño ha declarado Bien de Interés Cultural (BIC) la tortura hasta la muerte de un animal en el ruedo.

Los poderes públicos procuran mantener el debate taurino lejos del ámbito dela política. Nosólo las encuestas evidencian que la tauromaquia no es aceptada por una amplia mayoría de españoles, sino que Cataluña ha puesto en evidencia que esta aberración puede irse al traste. Ello es una agresión frontal a la oligarquía taurina, con muchos tentáculos entre las castas ultramontanas que aún pasean por los diferentes gobiernos del Estado – al margen del color político- . Por no hablar de toda esa gente, cada vez menos, con la sensibilidad trastornada, incapaces de alterarse ante el sufrimiento de un animal como es el toro.

Abrir la caja de Pandora de la tauromaquia puede acarrear acontecimientos inciertos… y la caverna taurina intuye que desastrosos. Lo último que necesita para desaparecer este aberrante espectáculo es que los poderes públicos se dividan y posiciones en uno u otro bando y poco a poco, retiren la financiación, publicidad y subvenciones de las que viven. Dicen los amantes de la tortura animal que las corridas de toros generan muchos beneficios económicos. Pero los números son lo que son y los datos que arrojan ilustran lo contrario: si los municipios invierten, crece la tortura en la plaza, si no, pues nada (Ver).

Esperanza Aguirre replicó a los miembros de Igualdad Animal echando pestes contra el PSOE y alzando la bandera de la libertad, junto a las demás frases resultonas compuestas para estos actos… ¡pero no haciendo apología directa de la tortura animal!. Y es que en el Partido Popular también hay personas que no aprueban el trato brutal que se aplica al toro en la plaza – me consta, de hecho, que unos cuantos de estos, por el tema del BIC, se engloban en los más de 100.000 votos que ha perdido la Espe en las últimas autonómicas-.

Y por arte de magia, Pecas, el perrito de Esperanza Aguirre, tomó protagonismo político. Durante la campaña electoral, a lo largo y ancho del país PACMA, Igualdad Animal, Equanimal y demás entidades en defensa de los derechos animales han puesto en evidencia, de una u otra manera, la dejadez de las instituciones en este asunto. Hasta tal punto que muchos líderes han usado sus mascotas para lanzar un mensaje tan pueril como efectivo: “Tengo animales en casa ergo quiero a los animales. Estos me acusan de crueldad, pero es falso, quiero a mi perrito Pecas y me lo llevo de paseo”. ¿Alguien sabía, hasta estas elecciones, que Gallardón gusta de dar largos paseos con su perra por el monte?.

Esperanza Aguirre quiere mucho a Pecas y se lo lleva “de mitin”. Sin embargo, no duda en legitimar la tortura y muerte de un toro en la plaza. ¿Por qué el perrito de Esperanza Aguirre es objeto de todas las atenciones y el toro sólo recibe el más salvaje y brutal trato que un ser vivo puede soportar?.

Esto se llama especismo.

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Salud.