Iniciado por
vellocinodeoro
Arenita, has descrito exactamente por lo que yo pasé con Guille. Guille era un gato, pero cambia lo de los paseos por "cosas de gatos" (estar conmigo y los mimitos básicamente) y la situación era exactamente la misma: un deterioro físico total unido a ganas de vivir.
Antes mis dudas, todo el mundo me decía que me daría cuenta cuando llegase el momento, que él mismo me lo haría saber con su actitud y cosas así...pues bien, como nunca me hizo saber que se había cansado de vivir, a pesar de sus tumores, sus terribles picores, la ceguera que le sobrevino, esperé. Todo el mundo me decía cosas como "¿no ves que está sufriendo?", pero él se alegraba de verme, le encantaba estar conmigo, comía, tenía ganas de notar la brisa en su carita y aunque ya no veía nada, se asomaba a la ventana (yo vivía en un bajo y la ventana estaba protegida, además de que daba a un patio, no a la calle) y paseaba por casa. Para mí eso significaba que él quería vivir, a pesar de todo.
Hubo que empezar a alimentarlo a la fuerza, con jeringuilla, pero el día que tuve claro que debía dejarlo ir fue cuando empezó a escupir la comida. Pero fue muy duro: me di cuenta de que ya no tenía fuerzas, pero seguía levantando el rabito, seguía abrazándome (nunca olvidaré aquellos abrazos: parecía mentira que un saco de huesos pudiese dar aquellos abrazos) y yo seguí sin ver las señales que todo el mundo pronosticaba: ni le cambió el carácter, ni se escondía ni nada de nada. Pero le metía el alimento con jeringuilla por un lado de la boca (ni siguiera podía abrirla ya) y el la dejaba caer por el otro...en fin, que lo que yo no quería era llegar del trabajo y encontrármelo tieso. No quería que muriese solo y era cuestión de días que lo hiciera si estaba sin comer.
Aquel lunes me fui para el vete con dos amigas (mi marido no quiso ir, decía que no lo soportaría, aunque luego creo que se arrepintió) y Guille se fue entre mis brazos.
Con todo este rollo, lo que quiero transmitir es creo que cuando alguien dice de sacrificar a un animal enarbolando un "no quiero que sufra" muchas veces debería cambiarse esa frase por un "no quiero sufrir yo: no quiero poner inyecciones, no quiero limpiar culos ni vómitos, no quiero pasar noches en vela".
He llegado a esta opinión porque he visto tantos sacrificios a la ligera que estoy muy quemada. Yo creo que es una decisión que se debe tomar pensando únicamente en el animal, no en nosotros.
Si la decisión la tomas por tu perra, pensando sólo en ella, decidas lo que decidas, estará bien. Te mando un abrazo grande y toda la fuerza del mundo.