Además, hoy en día, la mayor parte de la población mundial, particularmente en el tercer mundo, se alimenta exclusivamente o casi exclusivamente con una dieta vegetariana, debido a que no pueden conseguir fácilmente productos procedentes de animales mientras que verduras, frutos secos, semillas y fruta fresca es todo lo que tienen a su alcance.
Sin embargo, mucha de esta población, que vive a base de una dieta muy frugal, muestra un marcado nivel de actividad física y capacidad de rendimiento. Estas sociedades, con frecuencia muy longevas, ejemplifican sin lugar a dudas muchos de los principios que los gerontólogos han descubierto a lo largo de décadas. Echemos un vistazo a algunos aspectos de sus estilos de vida.(...)
(...)Estudios llevados a cabo por investigadores soviéticos y extranjeros muestran que, en general, signos de aterosclerosis, de haberlos, se dan solamente en personas de edad muy avanzada. Según un estudio llevado a cabo durante 9 años sobre 123 Abcasios de 100 años de edad, no se dieron casos de enfermedades mentales o cáncer. Una alimentación excesiva es considerada peligrosa en Abcasia, y a las personas obesas se las considera enfermas.
La dieta de los Abcasios contiene muy poca carne, quizá una o dos veces por semana. En cada una de sus tres comidas diarias comen abista, un alimento hecho con maíz cocido en agua y machacado, sin sal, que se toma como sustituto del pan. La manera de comerlo es templado, acompañado de trozos de queso de cabra casero. También consumen uno o dos vasos al día de matzoni, leche agria, parecida al kéfir.
Los demás alimentos básicos en la dicta diaria de la población de Abcasia son fruta fresca, especialmente uvas, verdura fresca, incluida la cebolla, el tomate, el pepino y el repollo, una gran variedad de verduras en conserva y judías verdes cocidas lentamente durante horas, machacadas y servidas con salsa de cebolla, pimientos, ajos, jugo de granada y pimienta. Grandes cantidades de ajo están siempre al alcance. Consumen agua de manantiales para cocinar y para beber. No beben ni café ni té, pero consumen en pequeñas cantidades un vino tinto seco de baja graduación alcohólica fabricado por ellos mismos. El azúcar no figura en su dieta, aunque si consumen miel de producción local.(...)
(...)En una investigación realizada sobre la población longeva de Hunza, el Dr. Magsood Ali, nutricionista Pakistaní, encontró que su dieta casi vegetariana tenía un bajo consumo calórico de 1.923 calorías, con 50 gramos de proteínas, 36 gramos de grasa y 354 gramos de hidratos de carbono; la carne y los productos lácteos constituyen solo el 1'S % del total.
Cifras similares han sido publicadas por el Dr. Guillermo Vela, de Quito, que encontró un consumo calórico asombrosamente bajo entre los ancianos de Vilcabamba. Este es un pequeño pueblo situado en la zona sur de los Andes ecuatorianos. Vilca significa «sagrado» y bamba «valle» en quechua, lengua utilizada antiguamente por los indios habitantes del valle. La dieta diaria media proporcionaba 1.200 calorías, con 35 gramos de proteína, de 12 a 19 gramos de grasa y de 200 a 260 gramos de hidratos de carbono. Las proteínas y las grasas eran, en su mayor parte, de origen vegetal. Los alimentos principales incluyen el maíz, la yuca, las patatas, las alubias, el requesón (de leche de vaca y/o de cabra), el trigo, la calabaza, además de plantas silvestres y frutas cítricas, así como algunos peces de río. Sólo comen carne en ocasiones muy contadas.
La dieta de los Hunzas esta principalmente basada en cereales (trigo, cebada y alfalfa), hortalizas de hoja verde (lechuga, espinaca), vegetales de raíz (zanahorias, nabos, patatas y rábanos), alubias, garbanzos y otras legumbres tales como lentejas y legumbres germinadas. Forman también parte de su dieta, el calabacín, la calabaza y abundante queso fresco; entre las frutas figuran principalmente los albaricoques y las frutas silvestres, ya sean frescas o pasas, y la carne la comen en muy raras ocasiones.
Sin embargo, informes científicos bien documentados han refutado muchas de las afirmaciones sobre su mayor longevidad. En concreto al estudiar las partidas de nacimiento de los Vilcabamba, parece que han existido cosiderables exageraciones con respecto a la edad. El motivo parece ser que en estas sociedades el nivel social aumenta con la edad.
Asimismo, en la región de Georgia, en Rusia, se ha detectado que era común que un hijo asumiera, en los registros civiles, tanto el nombre de su padre como su edad, con el fin de evitar el servicio militar.
En el caso de los Hunzas no se dispone de ningún registro escrito, lo cual hace aún más complicada la verificación de las edades.
A pesar de toda esta controversia podemos afirmar, sin temor a equivocamos y sin basamos unicamente en leyendas románticas, que los habitantes de dichos pueblos gozan de un vigor y una salud extraordinaria, así como que gran número de ellos alcanzan edades centenarias.
Pero quizás lo más importante es la baja incidencia de enfermedadaes crónicas en dichas sociedades, lo que les permite disfrutar de una buena calidad de vida a pesar de su longevidad.
Dicho estatus de salud cambia radicalmente, según los estudios, cuando los habitantes de estos pueblos deciden ir a vivir a otro nucleo de población y se integran en sus costumbres de alimentación, actividad, etc. Por lo tanto, podemos afirmar que su longevidad no estaría unicamente determinada por sus características genéticas.(...)
(...)¿Qué conclusiones sacamos de estos estudios sobre estas tres culturas de población longeva, situadas a gran altitud, con relación a la dieta y a la actividad física?
Tienen en común una dieta frugal, semi-vegetariana, baja en calorías (consumen casi un 1/3 menos de calorías que, por ejemplo, un norteamericano medio) y muy cercana a la tierra, de la cual extraen la mayor parte de los alimentos que consumen sin demasiados procesos de refinado, baja en grasas y con proteínas principalmente de origen vegetal.
Otro factor que contribuye en gran medida a la salud y forma física de estas poblaciones es, sin lugar a dudas, la práctica habitual de ejercicio físico. La actividad agrícola tradicional y las tareas del hogar suponen un duro esfuerzo del que todos participan desde su más tiema infancia hasta la vejez. Pero es sin duda el terreno montañoso el que supone un ejercicio físico añadido. Simplemente atravesar las montañas a pie durante días conlleva un alto grado de ejercicio cardiovascular, así como un gran fortalecimiento muscular.
Restricción alimentaria
Cuando a los roedores de laboratorio se les restringe el alimento, de modo que ingieran sólo un 60% de las calorías que tomarían según su apetito si se les ofreciesen de forma ilimitada, su longevidad máxima aumenta entre un 20 y un 40%.(...)
http://www.casapia.com/informaciones...Longevidad.htm