Esto de la suplementación a veces roza lo absurdo, no entiendo como comer cadáveres más o menos podridos y secreciones glandulares de animales enfermos (y otras tantas aberraciones dietéticas de las que no nos han advertido nunca) pueden producir otra cosa que lo que están produciendo: el mayor ratio de enfermedades crónicas de la historia de la humanidad, con un descenso efectivo de la longevidad que todavía no se atreven a publicar. Y luego personas que mejoran su dieta, al menos en algo, son más susceptibles de enfermar. Para la D, no hay nada como el sol, después lámparas de ultravioleta bien graduadas, y por último suplemento.