Un hombre está en el teatro con su perro al lado viendo una ópera. Termina la ópera y el perro se pone a dos patas, a aplaudir como un loco y a gritar ¨¡bravo, bravo!¨. El señor del palco de al lado se queda mirando alucinado y le dice al dueño:
- ¿Pero usted ha visto?, ¡es increíble!
- Más asombrado estoy yo porque cuando leyó la crítica en el periódico esta mañana me dijo que no le iba a gustar nada la obra...