Yo me he echado de todo. Ahora le voy a acariciar y creo que se cree que le voy a pegar, porque se asusta. No sé si es que le dura el susto o que alguna vez le han pegado...
El alcohol abrasa , yo no lo uso para nada , sólo para las manchas de bolígrafo.
Yo me he echado de todo. Ahora le voy a acariciar y creo que se cree que le voy a pegar, porque se asusta. No sé si es que le dura el susto o que alguna vez le han pegado...
Pobrecito. Olerá la sangre y por eso no se atreve. No le hagas caso, ponte cerca que te vea y ya verás que se acerca
Olerá la gasa llena de Betadine! Nada, ya se ha acercado, ha maullado lastimero, se me ha subido y le he acariciado... Y ronroneaba. Ahora se ha puesto en el sofá y más caricias.
Oooh!! A saber que le ha pasado. Congo a veces se asusta y corre para que no le alcances, sobretodo cuando llego a casa con el abrigo y eso, hasta que no me lo quito y me acerco despacio, desconfía. No me extraña... sabiendo que en la calle los niños le perseguían tirándole cosas mientras él estaba ya desnutrido el pobre...
Demasiado al este es oeste.
Pues le pasó que es el único de mis gatos que sale a la terraza de la cocina porque la separación de mi terraza con la casa del vecino es lo suficientemente estrecha como para que él no quepa, pero las otras sí. Le ha cogido el gusto y ahora quiere estar todo el día en la terraza, animalito mío. Pero a mí no me gusta que los gatos estén en la cocina porque Brea se mete en el fregadero y lame todos los restitos que hay allí, las tazas mojadas, todo. Así que Coyote sale un ratito conmigo varias veces al día, luego salgo de la terraza, viene conmigo, sale él por su propio pie... pero no hay quien lo saque de la cocina. Total, que yo lo cojo en brazos y lo saco mientras él protesta un poco.
En esto que ya estaba la luz apagada, llegó Brea, me saludó, él no la vería y se asustó un montón y, para bajarse, saltó y me mordió en 0,2. Luego le intenté acariciar y me huía maullando lastimero. Me senté en el suelo, acaricié a Brea y Ororo, él ni se acercaba, se acercaba un poco pero no mucho. Me senté en el sillón, se subió encima de mí y le acaricié ya. Pobrecito mío...
Pobre! Menudo susto.
Coyote me recuerda mucho a Orión.
Demasiado al este es oeste.