Miguel Ángel Moratinos aspira a dirigir la FAO, el organismo de Naciones Unidas para la Agricultura y los Alimentos.
Dice Moratinos que el objetivo de la Organización debe ser "erradicar" el hambre en el mundo, y no "reducirla". Y la cuestión no es baladí.
Lo digo porque uno de los aspectos más descorazonadores de la ayuda internacional al desarrollo es precisamente ése: la evolución en el último medio siglo de la denominación de los programas internacionales de ayuda. Ahí va:
1.- Acabada la Segunda Guerra Mundial, la inocencia de los aliados y los buenos propósitos generales de los vencedores hicieron proclamar a los cuatro vientos el proyecto común de DESARROLLO de todos los pueblos del planeta.
2.- Con los años, el desarrollo pareció demasiado optimista, y se optó por DISPONER LOS MEDIOS NECESARIOS PARA PROMOVER EL DESARROLLO.
3.- Cuando las potencias se dieron cuenta (aunque nunca lo reconocieran) de que es imposible que todos los pueblos alcancen un desarrollo similar al de los países más avanzados, se empezó a manejar el concepto de ERRADICAR el hambre en el mundo.
4.- Después, se pasó a aquello de DISPONER LOS MEDIOS NECESARIOS PARA ACABAR con el hambre en el mundo.
5.- Más tarde, los organismos internacionales claudicaron y empezaron a apostar por REDUCIR la pobreza extrema. Los Objetivos del Milenio parecían un invento de lo más ambicioso.
6.- De un tiempo a esta parte, los programas de desarrollo reconocen su incapacidad para reducir nada, y apuestan por PALIAR el hambre y la miseria.
7.- Pero ahí no queda la cosa... porque en los últimos años los programas de cooperación se limitan a ASISTIR en casos de catástrofe o urgente necesidad.
... Y ahora llega Moratinos, en plena campaña personal para dirigir la FAO, y recupera el concepto de ERRADICAR la pobreza. Y a mí me parece fenomenal, como casi todo lo que hace y dice este hombre, pero me pregunto con qué medios piensa hacer semejante cosa.
¡Salud!